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El Papa exhorta al pueblo mongol a seguir adelante, sin miedos

El Papa exhorta al pueblo mongol a seguir adelante, sin miedos

Francisco se convierte en el primero que visita Mongolia. Un viaje de cinco días muy deseado por el Santo Padre cuya prioridad está en visitar los países donde los católicos son minoría.

 

Redacción

Al concluir la misa dominical en el estadio de deporte de invierno de Ulán Bator, y frente a más de 2 mil personas, Francisco pidió a los fieles de Mongolia seguir adelante, “con mansedumbre y sin miedo, sintiendo la cercanía y el aliento de toda la Iglesia, y sobre todo la mirada tierna del Señor, que no se olvida de nadie y mira con amor a cada uno de sus hijos”.

Luego de saludar a las autoridades y a los hermanos de otras confesiones cristianas y religiones, el Santo Padre les pidió seguir “creciendo juntos en la fraternidad, como semillas de paz en un mundo tristemente asolado por tantas guerras y conflictos”.

Afirmó haber venido a esta peregrinación con gran expectativa, dijo el pontífice, “con el deseo de encontrarme con ustedes y de conocerlos, y ahora agradezco a Dios por ustedes; porque, por medio de ustedes, Él se complace en realizar cosas grandes en la pequeñez”.

 

Aseguró que la idea principal que Jesús quiere transmitir es que «para ser felices no hace falta ser grandes, ricos o poderosos, sino amar, porque solo el amor cura nuestras heridas y solo el amor nos da la verdadera alegría».

 

Antes de finalizar la celebración, el Papa sorprendió llamando a dos religiosos de Hong Kong, al cardenal John Tong Hon y al arzobispo Stephen Chow, para que se acercaran a él mientras decía unas palabras: «Quisiera aprovechar su presencia para enviar un cordial saludo al noble pueblo chino. Le deseo lo mejor, que siga adelante, que progrese siempre. Y a los católicos chinos les pido que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos».

Bayarlalaa

El Papa concluyó con la palabra mongol de agradecimiento: “¡Bayarlalaa!” (Gracias), reiterando que el pueblo mongol permanecerá siempre en su corazón. Les recordó que “la misa es en sí misma una forma de dar gracias”, es decir, a Dios, como nos dice la palabra griega Eucharistía (acción de gracias).

El cardenal Giorgio Marengo, Prefecto apostólico de Ulán Bator, entregó al Papa como regalo con una tela en la que estaba escrita la palabra gracias en idioma mongol.