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El valor de la gente hace hermosa la labor de los Misioneros de Yarumal

El valor de la gente hace hermosa la labor de los Misioneros de Yarumal

Los Misioneros Javerianos de Yarumal son una sociedad de vida apostólica integrada por sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos  en anunciar el evangelio entre los  más  pobres, cumpliendo el mandato de Jesús: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos”.

 

Por Karla Díaz

 

El señor Roberto Muñoz feligrés del área de Las Garzas, es también el albañil encargado de la construcción de la nueva casa cural del sector. Un lugar en donde se hospedarán los sacerdotes Misioneros Javerianos de Yarumal que van a atender a las comunidades pertenecientes a la nueva parroquia Virgen de Guadalupe.

Cansado, agobiado por el calor, Roberto nos recibió en esta casa cural que se ha levantado gracias al esfuerzo de la comunidad. Sin embargo, al conversar con él, no pudo dejar pasar la oportunidad para agradecer a los sacerdotes el acompañamiento en este proyecto que no es como cualquier otro, sino un proyecto para Dios  y para la Iglesia.

“Este es un proyecto especial, pues personalmente he estado guiando y acompañando a los padres en la construcción de esta casa, en la cual he recibido todo el apoyo de la comunidad. Todos trabajamos como uno solo, en unidad, y los padres de Yarumal siempre están presentes; a ellos, gracias”, dijo.

 

Y es que la presencia de los Misioneros Javerianos de Yarumal en el área de Panamá Este, se remontan a más de 30 años cuando pisaron por primera vez la parroquia Inmaculada Concepción de Pacora.

 

El padre José Arturo López, actual superior de la congregación, señala que fue en el tiempo de Monseñor McGrath que llegaron a Panamá; de hecho, fue él mismo quien pidió sacerdotes para que colaboraran en asistencia espiritual a feligreses en aquel entonces.

Sin embargo, como misión vinieron a trabajar en el año 1986, ya en la Parroquia Inmaculada Concepción, con el padre Monchito, precursor de esta misión en nuestro país. También tuvieron presencia durante 10 años en el Vicariato Apostólico del Darién, en donde realizaron junto a los fieles, hermosas experiencias de caminar pastoral.

En una fonda de arrieros en Yarumal, Antioquia se hizo realidad el sueño de una congregación.

 

 

El fruto de tantos años

“Los Misioneros Javerianos de Yarumal han trabajado en la promoción humana, en la evangelización, en la catequesis, sobre todo en la promoción y desarrollo integral de laicos, y en el desarrollo de las comunidades de manera humana y cristiana”, destaca el padre José Arturo.

Como todos sabemos, el desarrollo del área este del país se ha dado rápidamente y a pasos agigantados, por lo que han tenido que crear nuevas parroquias para atender la demanda de fieles que necesitan acompañamiento en el caminar pastoral.

“En este tiempo que han estado los misioneros, hemos creado 4 parroquias, estas son: parroquia Espíritu Santo, San Francisco Javier, Jesús Buen Pastor y ahora Virgen de Guadalupe del corregimiento de Las Garzas”, destaca el padre.

Agrega que son muchas comunidades, y que todo ha ido creciendo en cantidad de personas, por lo que tienen que reconocer  que han ido tomando la bandera de quienes han sembrado y han dejado huellas, como el padre Tulio López, Darío Cardona, Guillermo López y muchos que han pasado, y que han hecho posible que trabajen ahora para que esas semillas den fruto.

Algo importante que destaca el padre José Arturo es que los Misioneros Javerianos de Yarumal son itinerantes, es decir, que no son una congregación para echar raíces en un solo lugar.

“Hoy estamos aquí evangelizado y luego en cualquier lugar del mundo, pues en la medida en que cada parroquia se vaya constituyendo como una iglesia bien conformada, con laicos participando activamente, con una vida sacramental viva, y ya haya una estructura, nosotros salimos, dejamos ese espacio a los sacerdotes diocesanos y vamos a la frontera”, destacó el Superior.

En este momento, los Misioneros Javerianos tendrán presencia en la nueva parroquia Virgen de Guadalupe de Las Garzas y estarán atendiendo la parroquia San Cristóbal de Chepo, que tendrá como párroco al Padre Saúl Londoño.

 

 

El padre Juan Fernando Restrepo es uno de los misioneros que incansablemente ha visitado las comunidades.

 

En Panamá Este aman a Cristo

Algo que recalcó el padre Arturo, durante nuestra visita a la comunidad, fue el valor de su gente. “Aquí lo importante es hacer lo necesario para que la gente se enamore de Jesús; no importa si el templo está lleno o vacío, hay que lograr que se hagan discípulos que quieran seguir al Señor”, dijo.

Como Evelyn Camarena, una joven del sector, a quien encontramos desde temprano trabajando y apoyando en la casa cural, atendiendo la cocina y a las personas que apoyan para terminar la construcción del templo.

Evelyn es además una líder de la Pastoral Juvenil, y dice que, aunque trabajar con jóvenes pueda ser un poco difícil por la etapa de distracciones, en el templo siempre encuentran las respuestas que necesitan.

Los misioneros de Yarumal están para seguir  a Jesucristo, conocerlo, amarlo y servirle. Tratan de ser humildes instrumentos de Jesús para lograr que, en las distintas comunidades, la gente conforme las distintas pastorales, todo vaya surgiendo y, de esta manera, los laicos se vayan comprometiendo.

Sobre los laicos, el padre Arturo destaca que es gente pobre y sencilla, y así  son más abiertos a la búsqueda de Dios.

“Lo bonito es que aquí la gente tiene hambre y sed de Dios, a pesar de que esta zona es pobre y marginada, pues vivimos sin agua, tenemos un pésimo servicio de salud, la educación es muy irregular, la gente comparte su vida de fe”, asegura.

Por ello, siguen comprometidos en anunciar el evangelio entre los más pobres cumpliendo el mandato de Jesús “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos”.

 

¿Cómo nace esta congregación?

Nacen en Yarumal, Antioquia Colombia, un 3 de julio de 1927. Fueron  fundados por el obispo misionero de Colombia Miguel Ángel Bueyes, quien les creó con el deseo de que vayan por todo el mundo.

La congregación  nació pobremente en una fonda de arrieros, personas que arrean caballos que son cargados con abonos y muchas otras cosas, y ellos las transportan a distintos lugares del campo, porque en ese tiempo no había carreteras ni carros para transporte.

Entonces fue una fonda de arrieros donde llegaban a descansar, donde se hizo realidad el sueño que inició con 5 jóvenes y 2 sacerdotes.

Están en África, Kenia, Angola y Costa de Marfil. También en Asia, Camboya y Tailandia. Y en Latinoamérica están en Panamá, Ecuador, Bolivia y Colombia, en lugares de misión donde hay pobreza, traspasando fronteras.