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En el Hogar San José, la caridad se vive sin límites

En el Hogar San José, la caridad se vive sin límites

Confiadas a la Divina Providencia, las Misioneras Hijas de la Caridad han logrado sostener y hacer crecer una Obra de Misericordia que beneficia a los descartados de la sociedad.

 

Por: Marianne Colmenárez

Las Misioneras de la Caridad viven día tras día con la misma actitud de su patrono San José. Trabajan como hormigas en silencio, sin presumir de sus logros, con votos de pobreza y muy confiadas en la Providencia del Padre, quien se encarga de sostener este Hogar, dedicado a la atención de 27 niños con discapacidad severa y 25 adultos mayores, que padecen también de discapacidad, tanto física como mental.

Las siete religiosas que se encargan de esta obra ubicada en el Valle de San Isidro, en el corregimiento Omar Torrijos, no se conforman con el arduo trabajo que tienen atendiendo a la población interna; su misión les llama a llevar la Buena Nueva a las periferias existenciales, como dice el Santo Padre: “esos lugares que se ven privados del amor de Dios y de los hombres”.

“Recientemente hemos visitado familias en barriadas de Veracruz, Patria Nueva, Kuna Nega, también fuimos al Bale de Ñurum en Veraguas. En estos hogares realmente existe una necesidad material, pero realmente están sedientos de Dios”, afirmó Marinus Minj, madre superiora de esta congregación.

 

Alrededor de 150 familias reciben una bolsa de alimentos; algunas de manera mensual y otras con situaciones de mayor vulnerabilidad pueden recibir la ayuda cada 15 días.

 

“Nuestra misión es decirles cuanto les ama Dios, a través de un gesto sencillo les ayudamos con algo material que les alivia un poco su necesidad; pero también iniciamos un proceso de formación, mediante la catequesis. Les preparamos para que sus hijos sean bautizados, hagan la primera comunión o papá y mamá santifiquen sus hogares”, dijo la religiosa.

Por si fuera poco todo lo que hacen, las Hermanas de la Caridad junto a un grupo de voluntarios, preparan los días domingos 150 platos de comida que son distribuidos a las personas en situación de calle.

 

Enseñanzas de una Santa

“Dios es el dueño de la casa y El provee”, con esta expresión la hermana Marinus respondió cuando se le preguntó sobre las necesidades de la obra. Comenta que Santa Teresa de Calcuta les enseñó a vivir tal como Jesús lo hizo.

Hermana Marinus Minj, compartiendo el Evangelio.

“Para ella confiar en la providencia de Dios era arrojarse con los ojos cerrados y los brazos abiertos a que el Señor, suplirá todas nuestras necesidades, sean físicas, económicas o espirituales. Dios nos cuida como un todo y siempre envía a alguien”, dijo.

Comentó que en plena pandemia nunca se detuvieron, les llegaron más donaciones de lo acostumbrado, con lo que pudieron ayudar a muchas más familias.

 

El voluntariado transforma vidas

En el Hogar San José siempre hay mucho por hacer, dependiendo de los talentos de la persona, de su edad o capacidades físicas, los voluntarios puede dedicarse a cualquier actividad que le asignen las religiosas.

Una de las tantas voluntarias de la obra es la señora María Ángeles Reig, es de Barcelona-España, llegó a Panamá hace 4 meses.

María Angeles Reig vive con entrega y alegría su voluntariado.

“A mi esposo por su trabajo lo trasladaron acá. Para mí ha sido muy duro adaptarme porque venía de vivir varios años en Estados Unidos, en donde hacía un voluntariado que me gustaba muchísimo. Verme encerrada es casi imposible, aquí me siento feliz y útil, ocupo mi mente”, destacó.

Desde entonces va tres veces por semana al Hogar, atiende y comparte momentos de alegría con los niños.

 

Para Semana Santa, están invitando a un Retiro Espiritual que inicia desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección. Los interesados pueden comunicarse vía Whatsapp 6777-5078