En Chame, rodeados de naturaleza y atendidos en instalaciones de primera, conviven 35 jóvenes provenientes de lugares de difícil acceso con deseos de estudiar.
Por Marianne Colmenárez
A 77 kilómetros de la Ciudad de Panamá se encuentra el Hogar Monte Carmelo, un lugar lleno de paz y de puertas abiertas para quienes deciden visitarlo.
Seguramente, alguna de las cuatro religiosas de la congregación Carmelitas de San José, (Alba, Betty, Ana y Sonia, su directora), responsables de la obra, los recibirán cordialmente, pues se muestran muy hospitalarias con cada persona que toca sus puertas.
La Comunidad de Padres Carmelitas tiene su oficina principal en vía España, al lado de la Iglesia del Carmen de Panamá.
Estas misioneras son las encargadas de llevar adelante la parte operativa de esta obra social, administrada por la Comunidad de Padres Carmelitas. Con su alegría y entrega, la mantienen viva, en funcionamiento en todas sus áreas. Hacen de todo; desde cocinar, hasta manejar los busitos con los que trasladan a la escuela a los 35 muchachos, entre chicos y chicas que allí residen.
Requisito primordial
La hermana Alba Marisol Medrano, subdirectora del Hogar, explica que quienes entran como beneficiarios han demostrado, en primera instancia, deseos de superación, de continuar sus estudios.
“Actualmente, 21 señoritas y 14 varones, provenientes de lugares de acceso difícil a la educación y de familias desfavorecidas conviven en este lugar. Son chicos de distintas provincias con objetivos bien claros, a quienes apoyamos durante toda la temporada escolar”, reiteró.
Los jóvenes se adaptan al programa y al horario establecido de tareas. Desde las 5:30 de la mañana se levantan para cumplir con sus responsabilidades, enfocadas en su formación cultural, ética, moral y religiosa.
Educación integral
La prioridad son sus tareas escolares, por ello dedican tres horas en la mañana a realizar sus deberes en la biblioteca, equipada con libros, computadoras, internet e impresora. Luego de almuerzo, los llevan hasta la Escuela Dr. Harmodio Arias Madrid, ubicada en Chame.
En medio de un ambiente lleno de paz, todos colaboran una hora del día en la granja; rastrillan, siembran y pintan para dar mantenimiento a las áreas.
Cuentan con tutores para afianzar sus conocimientos en matemáticas, inglés, español, así como también en informática, música, danza y pintura.
Viajan cada 15 días a visitar a sus familiares, pero cuando se quedan, juntos ven películas, juegan pelota, rezan el rosario y van a la santa misa dominical.
20 años de misión
Lourdes Rodríguez, administradora de la Asociación Comunidad de Padres Carmelitas, manifiesta que esta obra social empezó con una sola casa, hace 20 años. “Actualmente, tenemos una casa llamada `Residencia Santa Teresa` para chicas y `Residencia San José` para los varones”, destacó.
Tienen una cocina con comedor, una casa para las religiosas, biblioteca y una hermosa capilla ubicada en la entrada del centro católico.
En los terrenos se siembran distintos cultivos y se crían animales de corral.
“No ha sido fácil cubrir todos los gastos de hospedaje, alimentación, atención médica y otras necesidades durante el periodo escolar. Alrededor de 17 mil dólares mensuales se requieren para seguir llevando adelante esta obra que ayuda a muchos jóvenes humildes de nuestro país”, informó Rodríguez.
En sintonía con el tema de las necesidades, la hermana Alba manifestó, por su parte, la premura de obtener nuevos busitos. “Tienen casi 20 años de uso y lógicamente presentan fallas. Con estos, trasladamos a los chicos y viajamos hasta ciudad de Panamá para buscar las donaciones”, dijo.
Pueden apoyarlos depositando a la Cuenta de ahorros del Banco General: 04-04-01-394987-0 a nombre de la Asociación Comunidad de Padres Carmelitas.
