Su trabajo misionero ha llegado a las costas y montañas de Panamá, siempre atendiendo a las áreas marginadas. Hoy también llevan el trabajo pastoral de la parroquia Santa María de Balboa.
Por Karla Díaz
Evangelizar y servir a los pobres es la misión de los sacerdotes Vicentinos que atienden la Parroquia St. Mary de Balboa. Allí, junto a las 4 comunidades que guían pastoralmente, han logrado llevar un caminar de servicio, formación y amor hacia los más necesitados.
El padre Gregory Gay junto al padre Jonh Carney y 5 seminaristas son los encargados de acompañar a estas 4 comunidades, 3 que desarrollan la vida pastoral en el idioma español, y una que desarrollan en inglés, ya que esta parroquia es la única oficialmente bilingüe en la Arquidiócesis de Panamá.
¿Cómo lo hacen?
Para empezar, el párroco Gregory destaca que atienden varias barriadas cercanas, estas son: La Boca, Altos de Balboa, Los Ríos, Terranías, Cable and Wireless, y hay gente que viene inclusive del otro lado del muelle, Diablo, Clayton, Corozal, y la zona del Canal.
“La gente va a donde se sienten bien”, dice el padre, por lo que reciben fieles que son descendientes de miembros de la antigua zona del Canal, y algunos que trabajan en la embajada de Estados Unidos. “La misa en inglés siempre es un poco más numerosa, pero trabajamos en la integración, pues somos una misma parroquia”, destaca.
En las mañanas asisten las comunidades en español y la tarde se dedica a los niños, a la catequesis. “Para nosotros son comunidades porque regularmente llegan, se conocen, tienen un sentido de comunidad, y realmente no me preocupan los grandes números de personas”, dice.
De hecho, asegura que ha notado que cuando hacen misas en las comunidades un día a la semana, mucha de la gente que va, son personas que asisten a otras parroquias y que se congregan en otras comunidades cercanas, pero lo importante es que participan.
Cuentan con su Consejo Pastoral, conformado por personas de las 4 comunidades, porque la mayoría de la gente que habla inglés habla también español. También están conformadas las Pastorales Familiar, de Salud y Duelo. Además de las catequesis para adultos, niños y adolescentes, y todas se brindan en inglés y español.
A pesar de ello, el sacerdote reconoce que hace falta todavía más integración y la manera en la que lo han logrado es a través de las posadas navideñas, pues los americanos no conocen muy bien de que trata, así que durante los últimos dos años se han hecho en conjunto, las paradas en español y los cantos en inglés. “Este año lo volveremos a hacer porque ha sido muy positivo y ha funcionado a la perfección para mejorar el ambiente y la integración”.
También se está involucrando mucho a las personas que hablan inglés en diferentes actividades, ya que cuando se hacen actividades es notorio que el trabajo es mejor.
Hay personas que se muestran muy activas dentro de la comunidad, con mucho entusiasmo. “Nuestra misión es la atención a los pobres y en sí la parroquia no lo es, pero estamos bien ubicados para atender comunidades como Curundú. Hay dos seminaristas que atienden un albergue, y no necesariamente deben ir ellos o yo, porque para eso está toda una parroquia”.
Por eso, agrega “queremos que sigan así, que vivan el carisma Vicentino de preocuparse por los pobres, siempre formándose para asumir mejor las responsabilidades”.
Pastoral Vocacional
Uno de los fuertes de esta parroquia es el acompañamiento en el llamado vocacional que pueden sentir los jóvenes. Por ello han iniciado la Pastoral Vocacional, un trabajo conjunto de laicos y dos de los seminaristas que también se forman para seguir promoviendo la misión.
En esta pastoral realizan encuentros de discernimiento en algunos lugares, donde también los Vicentinos tienen presencia, como: Puerto Armuelles, Bugaba, y Colón.
Sabiendo que las vocaciones vienen de las familias y de las comunidades realizan encuentros con una gran participación de muchachos, y si hay alguno que se sienta llamado, se le brinda acompañamiento y seguimiento.
“La primera etapa de formación se hace en Colón. Este año solo hay un candidato, pero pronto llegarán, Dios primero, 4 más”, señala el padre Gregory.
La mirada fija en los pobres
La Sociedad de San Vicente de Paúl hace parte del caminar de la parroquia. Es una organización internacional formada por laicos católicos, que buscan el crecimiento personal y espiritual, a través del servicio a los que más lo necesitan.
Iniciaron en Panamá desde 1978, guiados por Sor Lourdes Reiss, HC y Padre Harold Skidmore, C.M.
Hoy cuentan con 11 conferencias y más de 100 socios sirviendo a los pobres en Chiriquí, Santiago, Chame, Panamá y Colón.
Por medio de sus grupos llamados conferencias de caridad, atienden a miles de personas en visitas domiciliarias, llevando comidas, medicamentos, acompañamiento o lo que cada conferencia pueda ofrecer en sus comunidades.
Algunos grupos sirven en el Hogar de la Medalla Milagrosa, en David, donde se albergan migrantes. Otros grupos visitan hospitales, albergues, hogares de niños/ancianos o llevan comida a personas en las calles. Colaboran también con otras ramas de la familia Vicentina para servir donde los necesiten, siempre inspirados en su carisma, con mucha sencillez y humildad.
“Las actividades caritativas de la Conferencia son la ocasión para un encuentro personal con los más desfavorecidos en los que reconocemos al Cristo doliente, como decía San Vicente de Paúl: -Los pobres son nuestros amos y Señores-”, destaca Inés Barés, presidenta de la sociedad a nivel nacional.