Proverbios, 24: “Con sabiduría se edifica la casa y con prudencia se afirma”. La sabiduría ha sido clave para la expansión del colegio Saint Mary. Se ha requerido en aspectos arquitectónicos, pedagógicos, y espirituales. La Prudencia, para garantizar un lugar seguro e inspirador.
Por Elizabeth Muñoz de Lao
El Colegio Saint Mary de La Chorrera está estrenando nuevas aulas para estudiantes de premedia y media, que fueron bendecidas por el arzobispo José Domingo Ulloa, el pasado 17 de agosto.
En medio de la alegría de los niños, adolescentes, docentes, directivos y padres de familia, monseñor bendijo, uno por uno, cada nuevo salón, así como jardines y laboratorios que son parte de las mejoras hechas a la escuela, cuyas puertas fueron abiertas a la educación “full bilingüe” en 2013, con aulas de prekínder y kínder. Hoy, cursan hasta el décimo grado.
El párroco de la Inmaculada Concepción de La Chorrera y director del colegio, Jorge Rivera, en 2012, siendo delegado episcopal para la educación, se reunió con monseñor Ulloa para pedirle la oportunidad de hacer una extensión del colegio Saint Mary (de Albrook) en Panamá Oeste. Se inició con prekínder y kínder.
El Saint Mary de Albrook nació con las hermanas franciscanas, venidas de Colombia y Estados Unidos, que fueron las pioneras. Posteriormente, las hermanas de la congregación Mary Knoll fueron las responsables en el área de formación. Como consecuencia, la escuela tiene el inglés como base fundamental de la enseñanza. En Panamá Oeste, este colegio fue el pionero en abrir una escuela en Inglés.
De hecho, el Saint Mary no es una escuela bilingüe, sino un colegio “full English”, en donde se recibe enseñanza de Español, Ciencias Sociales y Educación Física, en algunos momentos, en Español, pero todo lo demás se da en Inglés.
Los docentes deben estar formados en ese idioma, como requisito para dictar clases allí.
Los chicos egresan como bachilleres en Ciencias, Humanidades y Comercio. Todos los salones tienen aire acondicionado, cámara de vigilancia, alarma de humo, sensor de gas, extintor, baño, tablero táctil y pantallas. Se cuenta con laboratorio de ciencias e informática, gimnasio, cancha de fútbol, parque con la imagen de santa María La Antigua, cafetería y parque de juegos para los más pequeños.
Bien recibido en La Chorrera
La acogida en la familia chorrerana ha sido muy buena, especialmente porque para los directivos del colegio es clave que los padres de familia se involucren en la educación. “Tenemos aquí a los padres delegados con los cuales yo mantengo una comunicación muy directa», destacó el padre Rivera.
Este sistema garantiza estabilidad al padre de familia, que siente el colegio como una casa, como una comunidad educativa, en la cual se acoge al niño o al adolescente y se le orienta. Él encuentra ese espacio familiar de comunicación.
Educación para transformar al ser humano
Al referirse al aluvión de noticias negativas de la provincia, sin que se destaque nada bueno, el sacerdote dijo que «hay que ayudar a la gente a hacerles ver que también hay cosas buenas, y creo que una de las cosas más hermosas que tenemos en La Chorrera es la educación”.
Él es fiel creyente de que la educación es el único remedio para transformar al ser humano, que la educación garantiza el crecimiento de una persona, por eso es importante que la comunidad apueste por una educación más digna, en donde todos puedan tener lo necesario para desarrollarse en su aprendizaje y enseñanza.
El resultado se verá cuando esa niñez, adolescencia y juventud sean profesionales, cuando enfrenten la vida con responsabilidad, con los valores humanos y espirituales que se les enseñaron en esta escuela.
“Yo creo que en la estructura del hombre está lo espiritual como base fundamental, pero también lo intelectual, y arriba, en la cúspide, lo humano. Esa vertiente es lo que lo ayuda a crecer”, puntualizó.
Academia y humanismo
En relación con la ampliación del colegio, el padre insiste en que la Iglesia ha apostado a la educación para que los estudiantes tengan un ambiente donde puedan desarrollar su vida espiritual, su academia y su humanismo.
En cuanto al educador, el padre sustenta que una cosa es la academia, en que la persona que va a dar clases tiene una preparación previa de conocimientos, pero dentro del campo educativo, la estructura de los valores es la que va a poner lo fundamental. Ponderó lo que hacen las escuelas oficiales, en donde se destaca un valor por mes, para que, desde la etapa educativa, se le pueda dar al estudiante y al docente la oportunidad de tener herramientas en valores.
La educación en valores es un eje transversal, algo que atraviesa la academia y va fortaleciendo al docente, que es el primero que va a transmitir, y luego el niño que recibe esa transmisión, que lleva a la práctica en la vida diaria. «Es más, se les enseña a racionalizar el conocimiento y a ponerlo en práctica», añadió.
Monseñor Ulloa: “No se puede hablar de gastos, sino de inversión. El Estado, la sociedad, la Iglesia debe invertir en ella”.
Población educativa
El padre dio a conocer que el colegio tiene 270 estudiantes, desde prekínder hasta décimo grado, atendidos por 23 docentes.
Y no se permitió dejar por fuera a los estudiantes con necesidades especiales. Sobre ellos, dijo estar convencido de que “ya todos los colegios tienen que tener respuesta a las situaciones de nuestros muchachos. Debe haber un equipo en cada colegio, por lo menos en la parte interdisciplinaria para atenderlos, ya sea con psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, que los puedan ir orientando para fortalecer a esos niños”, enfatizó.
Hoy, nuestras leyes establecen la atención fundamental a estos niños en casos de situaciones especiales, recalcó, y el Saint Mary cuenta con psicólogos para este fin, informó.
Comunidad educativa e Iglesia
La educación siempre hay que verla desde lo positivo, dijo el padre Rivera, desde el engranaje del sistema e ir transformando. Aquí juega un papel importante la comunidad educativa. Para tener una buena comunidad educativa, el también experto en educación aconseja tener una comunicación asertiva, pues es posible que la dirección de un colegio crea que se le está entendiendo, pero en realidad no es así.
Como educador, el reverendo asegura que el corazón de una comunidad es la escuela, que es donde se transforma la vida de una persona, donde se cambia el pensar del ser humano. Y la escuela es Iglesia.
El papa Francisco dice que una escuela que no ayuda a cambiar el entorno de la comunidad, no está haciendo su labor. Ella se convierte en un centro de irradiación, y eso es lo que debe buscar la comunidad educativa.
Todos los sistemas deberían apostar a la educación, señaló con vehemencia el padre Rivera, porque si tenemos una buena educación para los niños, adolescentes y jóvenes, podremos cambiar la sociedad. Por eso es tan importante invertir en educación, aunque hay que ponerse en el lugar donde se vive, no en el tiempo en que se vivió.
La pedagogía enseña a transformar algo que no está bien en algo muy bueno, concluyó.
