Con el firme propósito de acoger, proteger, integrar y promover a los migrantes y refugiados, continúan trabajando incansablemente en colaboración con diversas organizaciones y comunidades locales.
Por Marianne Colmenárez
San Francisco de Asís, en un acto de profunda humanidad, abrazó a un leproso, rompiendo barreras y demostrando que el amor y la solidaridad no conocen límites. Siguiendo este gesto emblemático, la Red Franciscana para Migrantes (RFM) ofrece desde hace dos años, apoyo y comprensión a miles de hermanos y hermanas que han atravesado Panamá, huyendo de la pobreza o violencia que abruma a sus países.
“Agradecemos a Dios no solo nuestra presencia, sino también el impacto positivo que hemos logrado en la vida de tantas personas”, manifiesta Rafael Lara, laico comprometido y coordinador de la Red.
El 3 de abril de 2022 se constituyó esta Red en el istmo panameño, actualmente presente en siete países.
Lara explica que el trabajo se ha centrado sobre todo en identificar las necesidades de las personas que se ven obligadas a abandonar su país por hambre y falta de oportunidades laborales. “Llevamos a cabo nuestra misión, principalmente, desde la frontera de Paso Canoas, este punto de paso crucial en el flujo migratorio carecía de presencia eclesial para la atención de los migrantes”.
Asegura que por la diócesis de David siguen llegando diariamente niños y adultos con sus heridas frescas provocadas en la selva.
“Junto a las Hijas de la Caridad atendemos desde el Hogar Medalla Milagrosa a los migrantes convalecientes. Actualmente se hospedan, temporalmente, bajo nuestros cuidados hermanos de: Ecuador, Colombia, Venezuela, Haití, El Salvador, Nicaragua y hasta una hermana refugiada de Ucrania y otro de los Estados Unidos, que actualmente no tienen como sostenerse económicamente”, expresó.
Acompañan principalmente a los migrantes que van de paso en la ruta David – Paso Canoas.
Trabajo articulado
Vivian Cianca, psicóloga voluntaria de la Red Franciscana, señala que, desde la Ciudad de Panamá, específicamente desde la parroquia San Antonio de Padua, ubicada en Miraflores, coordinan la logística de recaudación de donaciones que son enviadas donde se necesiten, la mayor parte son entregadas al Vicariato Apostólico del Darién.
“Podemos decirles con mucha alegría que estamos aportando en los puntos estratégico del flujo migratorio a nivel nacional. En Darién, nuestra presencia se materializa a través de Mileidis Ureña, una voluntaria que nos apoya y mediante la colaboración con la Red Clamor-Panamá. Mantenemos una estrecha coordinación con los Guerreros de Corazón de la comunidad de El Zapallal y los Misioneros Claretianos”, destacó.
Cianca manifestó que uno de los mayores logros ha sido el trabajo articulado que han realizado desde la coordinación de la Red Clamor Panamá. “Hemos trabajado en sinodalidad con las demás organizaciones eclesiales, como la Congregación de la misión, la Comisión de Justicia y Paz de David, Fe y Alegría, Pastoral Social – Caritas, Hogar Luisa, entre otras, para servir y acompañar a los migrantes en las diversas situaciones de vulnerabilidad que presentan”.
¿Qué ofrecen?
- Acompañamiento pastoral y espiritual.
- Difusión de actividades eclesiales y civiles.
- Campañas de sensibilización social y eclesial.
- Asistencia alimenticia, ropa y artículos de higiene personal.
- Orientación Logística: mapas, ubicaciones, puntos de referencia, información legal.
