Prácticas como esparcir las cenizas en el mar o en un campo, elaborar joyas, dividirlas entre los familiares o regarlas en las raíces de una planta son contrarias a la fe.
Por Marianne Colmenárez
“Celebra su vida transformando sus cenizas en una nueva vida y cuidando del planeta ¡Planta un árbol!” dice textualmente una de las tantas publicidades que se encuentran en internet.
En otros países, como España, ofrecen funerales alternativos que se venden como una opción de convertir al difunto en una nueva vida. La familia elige la semilla de un pino, una gardenia o un rosal.
Pero… ¿qué dice la Iglesia católica sobre esto?
El sacerdote Luis Núñez, vicario judicial adjunto del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Panamá, explica que las cenizas del difunto “deben mantenerse en un lugar sagrado”, es decir, en el cementerio, en una cripta, o en la parroquia como sucedió en plena pandemia.
Deben reposar en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente. Tal como la indica la instrucción Ad resurgendum cum Christo (para resurgir con Cristo) redactada por la Congregación de la Doctrina de la Fe, y aprobada por el papa Francisco.
Según el documento, “la Iglesia no permite actitudes y rituales que impliquen conceptos erróneos de la muerte, considerada como anulación definitiva de la persona, o como momento de fusión con la Madre naturaleza o con el universo, o como una etapa en el proceso de reencarnación, o como la liberación definitiva de la prisión del cuerpo”.
El padre Luis señala que la primera Carta de San Pablo a los Corintios (15:3-27) deja muy claro que, los cristianos desde la fe creen que después de la muerte, los que han vivido en Cristo resucitarán, para la vida eterna y reinarán con Él.
Considerando que hay mucha gente que le cuesta aceptar la muerte de un ser querido y por mucho tiempo llevan ese dolor, afirma que debemos invitarle a dar ese paso de fe, de creer verdaderamente que ese hermano, hijo, esposa, padre verdaderamente está gozando la paz en Cristo y de esperar en la esperanza de la resurrección.
Una forma de evangelizar
Jacinta Peña, laica comprometida de la parroquia Santa Eduvigis comparte que su madre una fiel católica de Santiago de Veraguas, ignoraba sobre el tema de la disposición de las cenizas.
“Nos pedía que cuando ella falleciera esparciéramos sus cenizas por el campo. Ella era del interior y amaba la naturaleza”, comentó.
Su hermana Paula, hoy religiosa de las Hermanas Clarisas, le explicó a su mamá que ese acto no era de Dios, que como creyentes deseaban tener un lugar donde visitarle y orarle. “Luego de un diálogo sincero, aceptó y desde hace 14 años sus restos reposan junto a los de mis abuelos”.
Nueva Cripta “Santa Rita de Casia”
Fray Roger Guerra, párroco de la iglesia Santa María La Antigua, informa que gracias al apoyo de varios fieles lograron culminar el proyecto de la Cripta Santa Rita de Casia.
“Desde el año pasado comenzó la adecuación de la infraestructura, unimos tres salones parroquiales, ya se tienen 1,700 divisiones. Solo estamos en trámites legales para poder hacer uso de la cripta”, expresó.
Comenta que realmente era una necesidad llevar a cabo este proyecto, “cuando visitaba los enfermos, los adultos mayores de la comunidad siempre me preguntaban: ¿cuándo vamos a tener nosotros cripta? Esta es mi parroquia, yo quiero que me dejen aquí”.
Tienen facilidades de pago para adquirir espacios de 2, 4 y hasta 6 difuntos.
Parroquias con Criptas
Santa Eduvigis / Tel. 261-0156
Santísima Trinidad / Tel. 260-9149
Nuestra Señora de Guadalupe/ Tel. 226-2434
Nuestra Señora de la Esperanza/ Tel. 387-2085
San Pablo Apóstol / Tel. 236-6698
Basílica Menor Don Bosco/ Tel. 227-4561
Santa Marta / Tel. 260-3766
Nuestra Señora de los Ángeles / Tel. 6737-2470
Santa María La Antigua / Tel. 260-6423
Santuario Nacional del Corazón de María/ Tel. 263-9833
