La Diócesis de Santiago confirió con alegría, el pasado 22 de junio, el Sacramento del Orden a dos nuevos presbíteros y un diácono transitorio.
En la solemne Eucaristía celebrada en la Catedral Santiago Apóstol en Santiago de Veraguas, fueron ordenados sacerdotes, Anastacio Santander Bordones y Marcelino Bonilla Rodríguez, mientras que Juan Danilo Rodríguez fue ordenado diácono transitorio.
La Eucaristía fue presidida por Monseñor Audilio Aguilar Aguilar, obispo de Veraguas y concelebrada por los obispos eméritos, Monseñor Óscar Mario Brown, Monseñor Uriah Ashley, junto con clero veragüense y fieles, familiares y amigos de los jóvenes ordenados.
Monseñor Audilio resaltó, “contamos con tres jóvenes que valientemente dicen igual que aquel joven profeta, “aquí estoy, envíen me” ante un mundo que se torna muy difícil, un mundo complejo con situaciones de vida abrumadoras en el que la mentira, la corrupción y las injusticias son manifiestas y evidentes, a esa sociedad, el Señor, les llama para cambiarlas y transformarlas no solo con las fuerzas humanas sino con la gracia de Dios y el testimonio de ustedes”.
Eusebio Bermúdez seminarista en formación, destacó que Dios sigue hablando a nuestra Iglesia particularmente al concedernos tres nuevos ministros para servicio suyo en su pueblo santo. “Tres jóvenes que con la gracia de Dios y perseverancia traen esperanza a jóvenes para esta iglesia que tanto los necesita. Con su generosa y valiente respuesta comunican que también son parte del “ahora de Dios”, explicó.
Para César Camargo de la Parroquia San Juan Evangelista, la misión de Cristo llega a todos nosotros mediante los presbíteros; como lo dice el Concilio Vaticano II: “Por el sacramento del orden, los presbíteros quedan sellados con un carácter o marca particular, y así se configuran con Cristo sacerdote, de manera que pueden obrar como Cristo cabeza.”
Por este motivo, agregó que la diócesis de Santiago de Veraguas se llena de alegría por la consagración de dos nuevos sacerdotes y un diácono, ellos han decidido seguir los pasos de Jesús, para llevar la palabra de Dios a todos los pueblos que día a día necesitan conocer el amor de Dios.
“Damos gracias a Dios por tenerlos con nosotros y a la vez oramos por las vocaciones; no solo en Panamá sino también en el mundo entero”, concluyó.