El proyecto “Toma mi mano” busca que los beneficiarios adopten una calidad de vida y un estilo de conducta contrario al que generan las adicciones. Todo apunta a la educación.
Por Redacción
En diciembre pasado, se dio inicio a la formación de los Agentes de Pastoral seleccionados para el “Programa Toma mi Mano”, que desarrolla la Arquidiócesis de Panamá, junto al Centro San Juan Pablo II, como parte del programa preventivo en uso indebido de drogas, que se promueve dentro de la Pastoral Social.
El “Programa Toma mi Mano tiene como objetivos fortalecer los conocimientos sobre la enfermedad de la adicción a través de la capacitación de Agentes Pastorales, orientación, docencia y guía espiritual para ayudar a prevenir el consumo de drogas.
Mediante el programa, se capacitará a 16 agentes de pastoral sobre temas de drogadicción, prevención en la comunidad, habilidades para la vida, entre otros, con la finalidad de que ellos vayan a diferentes comunidades y sus entornos parroquiales, y prepararen a las familias para prevenir el consumo de sustancias y otras conductas delictivas.
Agentes multiplicadores
Además, se busca formar líderes con sentido social para que sean agentes multiplicadores y den respuestas a las necesidades sociales, con atención profesional y, la mayor de todas: presentar a Jesucristo como respuesta de todo.
Este proyecto se realizará hasta septiembre de 2024, trasladándose a comunidades de las diócesis de David, Penonomé, Colón y Guna Yala, donde se lleva la misión pastoral.
Aplicarlo es fundamental
Todo proyecto encaminado a la prevención primaria es importante, porque no se trata de una varita mágica que erradicará completamente el abuso de drogas, pero llevarlo a cabo, es fundamental para disminuir el consumo.
El proyecto consta también de Orientación Psicológica, para quienes consumen sustancias ilícitas y familiares, el cual se lleva a cabo en el Centro San Juan Pablo II, ubicado en Pan de Azúcar, durante la semana, inclusive, los sábados, por medio de citas.
