Cada año, al llegar el mes de diciembre, se avocan movimientos, grupos y pastorales de la iglesia católica a visitar comunidades en las diversas zonas misioneras de Darién para dejar una huella, un toque de alegría en los rostros de niños y niñas con donaciones de juguetes, ropa y alimentos.
En comunidades como Agua Fría, las donaciones de juguetes llegaron desde el pasado 30 de noviembre, cuando los misioneros de Misión Cristo Sana dejaron obsequios a las madres de familia y a sus hijos, que acudieron en esa ocasión a la jornada de atención médica.
El padre José Reinoso, quien hizo entrega de los presentes a los niños y a los adultos, obsequió bolsas de comida en las comunidades apartadas de esta zona.
Monseñor Pedro Hernández Cantarero visitó la comunidad de Naranjal y en Río Chico para también hacer entrega de juguetes a los niños de estas comunidades, “es importante compartir, experimentar la misericordia donándose a los demás”, acotó Monseñor.
Diciembre es un mes no sólo para compartir y reflexionar las buenas acciones que durante el año debemos ejecutar, sino para acordarnos de quienes menos tienen y necesitan una mano amiga.
