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Saber manejar el duelo en los niños es pieza clave para que lo superen

Saber manejar el duelo en los niños es pieza clave para que lo superen

Los niños pueden experimentar un duelo por diversas causas, no solo por la muerte de un ser querido. La cercanía, empatía y atención son importantes para brindarles ayuda.

 

Por Elizabeth Muñoz de Lao

Si para los adultos, sobrellevar un duelo familiar es difícil, para los niños también lo es, aunque no sepan o no puedan expresarlo de la misma manera que los mayores.

Generalmente, se piensa que el duelo se da ante la pérdida, por muerte, de un ser querido, incluso de una mascota. Lo cierto es que también el duelo puede ser por una separación temporal de un ser querido, debido al trabajo u otras situaciones.

Para el niño, esa separación puede provocar las mismas emociones y sentimientos que el duelo por la muerte. Por consiguiente, es necesario saber qué hacer, tanto en la familia como en la escuela.

Al respecto, este medio entrevistó al psicólogo, con estudios en psicología clínica, Sotirirs Smyrnis Cotez, con vasta experiencia en el tema de duelo con refugiados y migrantes en Darién, Panamá y Panamá Oeste. Además , labora en el Consultorio Papa Francisco y Colegio St Mary, Panamá Oeste.

 

PC: ¿Cómo vive un niño en la primera infancia  el duelo por muerte de un ser querido?

SS: Por ejemplo, en niños de 4  a 6 años, debido a su nivel de desarrollo mental, no es capaz de comprender  racionalmente el significado de la muerte. Las respuestas ante las pérdidas observadas a esta edad pueden ser: perplejidad, regresión, expresar el duelo a través del juego, miedo a morir o a otra pérdida (Pereira 2002). Es importante tomar en cuenta que este es un período evolutivo caracterizado por un estilo o tipo de pensamiento concreto o mágico (fantasía). El niño puede pensar que el ser querido puede volver a la vida o que la muerte es contagiosa. El niño inclusive puede hacer juegos imaginarios con la persona fallecida y creer que todavía permanece en el día a día. Emocionalmente pueden expresar su malestar con conductas regresivas como mojar la cama, apego muy ansioso por miedo a la separación. Puede experimentar, además, pesadillas. Es recomendable a esta edad explicarles varias veces el fallecimiento, las circunstancias y significado. Para la comprensión, podemos explicarles, desde la vida cotidiana, que la muerte nos rodea, como por ejemplo las plantas, los animales. En el caso de duelo por separación debido al trabajo, los niños experimentan también las emociones mencionadas y es importante conversar con ellos, ayudarlos a expresar cómo se sienten.

Los más grandes puedes estar irritables o indiferentes.

PC: ¿Vive igual el duelo por muerte un niño que ya ha pasado su primera infancia? ¿Lo demuestra de la misma manera que un infante?

SS: Un niño de 6 a 10 años posee un nivel de entendimiento o racionalidad más elevado. Puede adquirir la habilidad de comprender la muerte, pero le cuesta afrontarla o tener un manejo racional (Pereira, 2002; Díaz, 2016). A esta edad, puede darse alguna respuesta, como entrar en una negación (característica del duelo), conlleva estar irritable o indiferente. Es importante ayudarlo a que exprese sus emociones y sentimientos, mostrarle que es natural experimentar esto y es necesario expresarlo, que se dé permiso para ello. Otras respuestas que podemos esperar en estos niños es la idealización de la persona fallecida (que era perfecta). Culpabilidad por embotamiento afectivo, el no poder expresar la tristeza nos hace sentir como si no amamos a la persona fallecida. Pueden experimentar miedo y vulnerabilidad, querer ocuparse de los demás, esto es, tomar el rol de la persona fallecida. También puede que busque a la persona fallecida, espera encontrase con ella nuevamente, que puede ser parte de la negación.

 

PC: ¿Qué otro tipo de duelo viven los niños de todas las edades? ¿Qué los causa?

SS: Sabemos que el duelo viene del latín “Dolus”, que significa dolor. Todos los días perdemos algo, ya sea que tenga un significado profundo para nosotros o no. Por ejemplo, podemos experimentar pérdidas materiales, como un objeto especial, dinero, casa, carro, trabajo, amistades, oportunidades, salud, ideales, entre otros.

Pero también existen diferentes tipos de duelos, que pueden experimentar niños y adultos, dependiendo de la manera y circunstancias que se producen. Revisemos brevemente estos tipos de duelos.

 

  • Anticipado: se genera cuando la pérdida es predecible, por ejemplo, una enfermedad terminal o la finalización de una etapa escolar.
  • Congelado: se detiene el proceso de las etapas por algún motivo específico, en ocasiones es importante buscar ayuda profesional.
  • Crónico: no se resuelven las tareas del duelo.
  • Ausente: cuando hay una negación de la pérdida, no se afronta la situación. El duelo no empieza.
  • Inhibido: cuando hay una dificultad en la expresión de los sentimientos. Hay malestar psicosomático.
  • Desautorizado: socialmente o familiarmente no se acepta que la persona esté en duelo. Por ejemplo, en niños se subestima la pérdida de sus mascotas y los sentimientos que pueden experimentar.
  • Distorsionado: hay una reacción desproporcionada ante el duelo. Suele pasar cuando hay un duelo previo, que amplifica la intensidad del duelo más reciente.

 

Mirar fotos en álbumes familiares físicos o tecnológicos también es bueno.

 

PC: ¿Qué debe hacer la familia para ayudarlos?

SS: Para todo ser humano es vital, hablando en términos emocionales, poder expresar lo que piensa y siente, sentirse comprendido, que se le entiende de alguna manera por lo que está pasando. Podemos ayudar, aparte de la escucha atenta y empática, de la siguiente manera:

  • Mirar fotos del álbum familiar, física o tecnológicamente.
  • Hacer una caja de recuerdos.
  • Dibujar con lápiz o colores sus dedos y colocar sus sentimientos y recuerdos sobre el tema.
  • Visitar el cementerio o el lugar donde estén las cenizas.
  • Leer cuentos que aborden este tema.
  • Hacer una carta de despedida, si es necesario.
  • Buscar ayuda profesional en caso de que se haya complicado el duelo.
  • Otros recursos que pueda tener a mano la familia.

 

PC: En caso de niños con Déficit Atencional u otras condiciones que afectan sus emociones y conducta, ¿cómo deben actuar los padres?

SS: El duelo es un tiempo y proceso difícil para el ser humano, el dolor emocional puede generar un desbalance en la vida de una persona o familia. Los niños con Déficit Atencional con Hiperactividad presentan problemas con el control de impulsos, manejo de emociones y adaptación al cambio. Estos problemas se pueden presentar en niños con otras condiciones como Autismo, Asperger, Trastorno de conductas; siempre hay que revisar cada caso con sus antecedentes y particularidades.  Los niños con TDAH pueden actuar de manera impredecible e inadecuada. Esto genera una presión en los padres y cuidadores que deben lidiar en un proceso de duelo con su propio sufrimiento. Hay algunas recomendaciones para poner en práctica como:

  • Ayudar al niño a identificar sentimientos. Preguntas como: ¿sientes tristeza?, ¿ansiedad? ,¿logras saber cómo te sientes?
  • Explíquele cómo se sienten los demás. Por ejemplo: la muerte de la abuela significa que tía Juana ha perdido a su mamá y eso le ocasiona tristeza.
  • Ayude a su hijo a cambiar de tema. Si el niño se atasca y vuelve repetitivo un punto, se le explica que luego se puede volver a hablar sobre ello.
  • Ayudarlo en saber qué puede esperar.
  • Involucrar al niño en la solución de problemas. Preguntas como: ¿crees que te será difícil manejar este problema?, ¿qué podría hacer las cosas más fáciles?
  • Crear espacios seguros para que su hijo hable.
  • Manejar rutinas y actividades establecidas.
  • Estar atentos a si necesita ayuda profesional, para manejar algún tema en específico.

 

PC: ¿Qué papel juega la escuela en la atención que deben recibir los niños afectados por estas situaciones?

SS: Estamos en duelo porque hemos amado y querido a alguien. Nadie hace un duelo si no se ha involucrado afectivamente. La mayoría de los niños que reciben apoyo, y sus sentimientos y emociones son validados, desarrollan un proceso de duelo normal, y con el tiempo, sus síntomas van desapareciendo lentamente. En la escuela o desde la escuela se debe acompañar al niño para que vuelva a su rutina normal sin apurar procesos. Propiciar una comunicación abierta y flexible para que pueda expresar sus emociones. A veces, después del shock, a algunos niños les cuesta hablar más que a otros, pero hablar de la muerte con claridad ayuda en el proceso. Favorecer la empatía, saber que se puede apoyar con palabras y silencios. Proveer un lugar seguro si hay necesidad de que requiera estar solo o acompañado por una figura de apoyo. Tener a disponibilidad profesionales de la salud mental para apoyar. Explicarles a los compañeros por lo que puede estar pasando la persona afectada, explicarles a todos el proceso de duelo, generar empatía.