La Compañía de Jesús expresa su indignación por el desalojo de seis sacerdotes Jesuitas en Nicaragua, y la confiscación de la Universidad Centroamericana.
Redacción
Como respuesta al recrudecimiento de los ataques de la dictadura de Daniel Ortega y su esposa, contra la Iglesia, que ahora se ha traducido en confiscar la Universidad Centroamericana (UCA), que es el centro educativo de referencia para toda la región, capitaneado por la Compañía de Jesús, el general de los Jesuitas, Arturo Sosa ha pedido que “cese la agresión”.
Por su parte, el padre Eduardo Valdés, representante de los Jesuitas en Panamá, a través de los micrófonos de Radio Hogar, se ha sumado a esta petición, agradeciendo a nuestro pueblo por su solidaridad con todas las personas que de una u otra forma se han visto golpeadas y afectadas por los hechos lamentables, pues después de haber completado la confiscación de la Universidad Centroamericana (UCA), ahora ha sido rebautizada como Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro. El régimen continuó el sábado apropiándose de la residencia de los Jesuitas que trabajaban en dicha institución educativa.
Esta residencia en Managua, conocida como Residencia Villa del Carmen, fue objeto de la acción policial bajo la premisa de que también pertenece al gobierno. Ante esta situación, los religiosos presentaron a la policía la documentación legal que confirma la propiedad de la vivienda y establece que es un edificio separado de la Universidad.
El padre Eduardo Valdés señala que muchas de las personas que trabajan con los Jesuitas han tenido que congelar sus cuentas, y muchos otros han tenido que salir del país para evitar el acoso.
“El gobierno no sólo puso preso al Obispo, también a muchos nicas, e incluso los han dejado sin ciudadanía, porque hasta la nacionalidad le están quitando a las personas”, señaló el sacerdote.
No hay datos concretos de los más de 4 mil estudiantes y 500 personas que estaban ligadas al trabajo de los Jesuitas en la universidad, pero todos se están cuidando, pues no saben los medios que pueden estar intervenidos. Sin embargo, los sacerdotes no los dejan solos y siguen acompañándolos, pues el gobierno no informa sobre nada.
“El gobierno solo ha dicho que va a recibir alumnos, pero no ha hablado nada de los trabajadores, ni cómo va a llevar adelante el proceso universitario con los docentes, administrativos y el personal de mantenimiento, no sabemos nada”, reafirmó el Jesuita.
La Compañía de Jesús, aseguró el sacerdote, seguirá trabajando de cerca con la gente apoyándolos hasta donde los dejen, pues siempre velarán por el pueblo nicaragüense que tiene una enorme capacidad de esperanza y fe. “No los abandonaremos, porque ellos son nuestra gente”, afirmó el padre Eduardo.