Sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales

Sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales

En solemne ceremonia religiosa, el Arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, OSA, presidió la Misa Crismal en la que se bendijo los sagrados óleos y los presbíteros renovaron sus promesas sacerdotales.

Redacción

En solemne ceremonia en la Catedral Basílica Santa María, presidida por el Arzobispo Metropolitano, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta O.S.A., agradeció el miércoles Santo la labor y entrega de los sacerdotes en medio de la pandemia.

“Es esta Misa Crismal, unidos entorno a la mesa del altar, queremos significar y manifestar públicamente la comunión existente entre el obispo y sus presbíteros al compartir el único y mismo sacerdocio y ministerio de Cristo”, dijo.

ARZOBISPO Monseñor José Domingo Ulloa, presidió la celebración.

“En estas circunstancias, debemos sentirnos la Iglesia del Señor, cada uno como miembro efectivo, con sus dones y talentos, vocación, carisma y ministerio, relacionados y complementarios, al servicio de la comunión eclesial”, manifestó.

Monseñor Ulloa Mendieta les exhortó “nuestro ministerio, queridos sacerdotes, es de amor, en especial hacia los más pobres. Meternos con Jesús en medio de nuestra gente en un ministerio de amor servicial y oblativo que libera y levanta, que sana y da consuelo, que hace vivir y esperar, y que alegra y serena el espíritu”.

Renovación promesas sacerdotales

Un hecho significativo que se registra dentro de la celebración es la renovación de las promesas sacerdotales, las cuales todos los presbíteros hicieron con el mismo fuego con el cual dijeron sí cuando fueron consagrados.  

MIÉRCOLES SANTO. Momentos de la liturgia de la Misa Crismal en Catedral.

El arzobispo metropolitano invitó a los pastores a renovar, con el gozo y la frescura de aquel primer día, ante aquella respuesta a la llamada del Señor.

Subrayó, lleno de entusiasmo, que ese compromiso les sepa a “estreno”.

Indulgencia plenaria
  • Allí donde hay dificultades para asistir al culto, durante esta Semana Santa 2021, se aplica el decreto de indulgencias en situación de pandemia del 20 de marzo de 2020.
  • Se concede una indulgencia plenaria especial a los enfermos por el COVID- 19, a los profesionales de la salud, y todos aquellos involucrados en la lucha contra la epidemia.
  • En las mismas condiciones concede indulgencia plenaria a aquellos fieles que ofrezcan la visita al Santísimo Sacramento, o la Adoración Eucarística, o el rezo del Santo Rosario.

Indicó que para ser capaces de “actualizar” el compromiso sacerdotal es necesario fijar nuestros ojos en Jesús, como la sinagoga de Nazaret.

“Queridos sacerdotes, si queremos tener claro quiénes somos y para qué somos, no tenemos sino un parámetro, no una idea o una teoría, sino una persona: Jesús”, indicó.

Mirada fija en Jesús

Monseñor Ulloa recalcó que se necesita tener una mirada de reconciliación que permita tejer los distintos hilos que se han debilitado o han sido cortados prestando atención, sobre todo, a aquellos descartados a causa de sus raíces indígenas o afrodescendientes.

“Para poder mirar así necesitamos la luz de la fe y la sabiduría de quien sabe quitarse las sandalias para contemplar el misterio de Dios y, desde esa óptica, leer los signos de los tiempos. Para ello es indispensable armonizar en la formación permanente las dimensiones académica, espiritual, humana y pastoral”, sostuvo.

Indicó que la mano del sacerdote santo se nota en la unidad y la alegría de su comunidad, en la caridad real que se genera entre sus miembros, en las liturgias vivas y festivas, en una fe robusta porque les llega adecuadamente el alimento de la Palabra y de los sacramentos, la misma fe que se hace fraterna en pequeñas comunidades.

CONSAGRACIÓN Arzobispo con una leve inclinación sopla adentro, mientras invoca al Espíritu Santo.

Monseñor manifestó al clero tenerlos especialmente presente en sus oraciones, en las que le da gracias a Dios por cada uno de ellos, pues son sus más estrechos colaboradores en la misión apostólica.

Admitió que la dura experiencia vivida en 2020 debe ayudar a madurar alternativas concretas a la presencialidad, en materia de preparación, sin ceder a la tentación del sacramentalismo, asumiendo como sacerdotes una actitud proactiva para estar cerca de las vidas de las familias, así como de los adolescentes y jóvenes que pueblan nuestros grupos de confirmación.

“La suerte de nuestra gente es la nuestra, sus problemas son los nuestros, no podemos ni queremos dejarlos solos en estas circunstancias”, afirmó.

El Nuncio Apostólico en Panamá, Monseñor Luciano Russo, acompañó la celebración.

El arzobispo aprovechó la oportunidad para solicitarles un mayor compromiso en la atención de los hermanos enfermos, porque el Servicio Sacerdotal en los hospitales es un instrumento eclesial de ayuda, en momentos críticos de la vida de una persona.  “La Pastoral de la Salud parroquial y la visita sacerdotal al enfermo siguen siendo el modo ordinario y querido por la Iglesia, aún en el marco de pandemia, para hacer presente el ministerio de Cristo”, precisó.

Explicó que dicho servicio, “podemos remitirlo todo a los capellanes de hospitales llegado el caso, o a aquellos sacerdotes que sabemos son más sensibles a esta problemática, puesto que los que padecen de alguna enfermedad son parte del pueblo encomendado a nuestro cuidado”.

Finalmente insto al clero a no dejarse ganar por el miedo, la indiferencia o el alarmismo y les invitó a actuar con sumo cuidado, sin dejar de estar presentes.

Santo Crisma

En la misa de este Miércoles Santo, monseñor Ulloa bendijo el óleo de los enfermos que llegará como consolador de todas sus dolencias; bendijo el aceite de los catecúmenos, usado para ungir a los que se preparan para el bautismo y finalmente consagró el Santo Crisma, el cual será usado como sello espiritual en las ordenaciones sacerdotales, confirmaciones, bautizos, consagración de altares e Iglesias.

Con San José como ejemplo

COMPROMISO. El Arzobispo hizo un llamado a los sacerdotes para fortalecer su entrega al pueblo.

En el año dedicado a San José, monseñor Ulloa resaltó su vida y testimonio y que en esta meditación nos ayuda el Santo Padre con su Carta “Con corazón de Padre”.

Enunció que, como padre en la ternura, San José ve con ojos de fe cuanto nos sucede.

“Ejercemos este ministerio de amor que nos encomienda el Padre en tiempos difíciles, en situaciones críticas, en momentos eclesiales complejos”. Así, José nos enseña que tener fe en Dios, incluye además creer que Él puede actuar, incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad. Y nos enseña que, en medio de las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón de nuestra barca”, afirmó.

Pidió a Dios que las dificultades vividas purifiquen en esta parte de sus vidas y les ayuden a valorar el don de Dios que es nuestro pueblo, presente en tantas parroquias y comunidades.

En este momento de la celebración, volvió a agradecer a todos los sacerdotes por su entrega generosa en el ministerio.