Semana Santa y Pascua en las manos de la Iglesia Doméstica

Semana Santa y Pascua en las manos de la Iglesia Doméstica

A través de los medios de comunicación y las plataformas digitales, el Arzobispo y los Párrocos guiaron al pueblo para que no perdiera la chispa de este tiempo fuerte.

Eduardo Soto P. / Fotos Omar Montenegro

La idea central fue contagiar, pero no del virus, sino con la alegría de esta Fiesta Mayor de los cristianos.

Para ello, la mayoría de las comunidades parroquiales del país, y la Arquidiócesis en especial, proyectaron sus celebraciones mediante las plataformas digitales, para que ninguna familia se quedara sin participar de los ritos y los momentos de reflexión en torno a la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Inclusive, familias participaron de tutoriales que fueron difundidos por FETV, el Canal de la Misericordia, y varias redes sociales, para que las familias pudieran realizar estos ritos en casa.

AMOR TOTAL. Los Terrientes Ling dirigieron la reflexión sobre “La Revolución de la toalla”.

Dijeron sí

Tal fue el caso de las familias Terrientes Ling y Espinosa Delgado, que ante el llamado para que fueran matrimonios, con sus hijos y abuelos quienes llevaran la batuta de los programas y tutoriales sobre cómo celebrar la Semana Santa en casa, dijeron sí sin dudarlo.

Los Terrientes Ling se encargaron del rito del Lavatorio de Pies y la reflexión en torno a la Cena del Señor, y los Espinosa Delgado, la fiesta en torno a la Pascua.

BIOSEGURIDAD. El Jueves Santo, en lugar de Lavatorio de Pies, se realizó un simbólico lavado de mano del pastor a los seminaristas. Tampoco se besó la Cruz en Viernes Santo.

Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, acompañó a estas familias a manera de tutor, y les señaló el camino para llevar a cabo estas celebraciones del Jueves Santo y Domingo de Pascua.

El Viacrucis del Viernes Santo –a modo reflexión en torno a la Cruz– estuvo a cargo de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana, que con la dirección del artista José “Pepe” Casis, y la orientación doctrinal del padre Justo Rivas, grabó cada una de las estaciones en la Catedral Santa María la Antigua.

VIACRUCIS. Los jóvenes recrearon los duros momentos que vivió Jesús de Nazareth.

“Que no se sientan solas ni abandonadas; que encuentren en cada parroquia, la televisión y en sus dispositivos, la posibilidad de meditar y celebrar esta fiesta”, dijo monseñor Ulloa Mendieta.

El padre José Brutúa, párroco de la parroquia San Juan Apóstol en Brisas del Golf, indicó que la mayoría de las parroquias llevarían sus momentos importantes de la Semana Santa al internet.

Un rito que fue suspendido por razones de bioseguridad, fue el de lavatorio de pies, pero se podía hacer en casa, en la burbuja familiar.

EN EL SEMINARIO. La Semana Santa fue transmitida desde la capilla del Seminario Mayor San José, en la capital.

Renovarse

Uno de los momentos fuertes de la Semana Santa fue la Misa Crismal en cada diócesis, y muy especialmente en la Arquidiócesis, donde el Arzobispo –además de consagrar los aceites sagrados– entregó un documento a los presbíteros en el que adicional a la Renovación de las Promesas Sacerdotales, en tono de oración recordaron las disposiciones canónicas que asumieron cuando se ordenaron.

VICARIOS. Se aprovechó la Semana Santa para anunciar cambios y nombramientos de nuevos Vicarios Episcopales, que representarán al Arzobispo en las cuatro Zonas existentes: Panamá Centro, Panamá Oeste, San Miguelito y Juan Díaz.

Ejemplo del recorderis que hicieron los sacerdotes es el Canon 273, que obliga a “mostrar respeto y obediencia al Sumo Pontífice y a mi Obispo diocesano”, una situación que no siempre se tiene por seguro, si se mira el trato que algunos le dan al Santo Padre y ciertos obispos en el mundo y el país.

En la Misa Crismal, el arzobispo José Domingo Ulloa Mendieta, lamentó que fuera una celebración “con pastores, pero sin nuestros queridos feligreses”, pero se alegró de poder llegar a los hogares por los medios de comunicación.

Otra disposición que trajeron a su memoria los sacerdotes, durante la Misa Crismal, es el Canon que habla del celibato, y de la prudencia que hay que tener al relacionarse con algunas personas que “ponen en peligro” el cumplimiento de esta promesa, lo cual provocaría un escándalo que perjudica la fe de los fieles.

Un apartado que resultó interesante fue lo relacionado con la pobreza, pues en el documento se lee que el sacerdote debe vivir de manera comedida.

“Viviré con sencillez y abstendré de todo aquello que parezca vanidad. Destinaré voluntariamente al Seminario Mayor San José, a la Casa del Clero o las obras de caridad lo sobrante de aquellos bienes que reciben con ocasión del ejercicio de un oficio eclesiástico, una vez que con ellos hayas provisto mi honesta sustentación”, se lee en el documento, citando el Canon 282.

Gracias

En su homilía de la Misa Crismal, el arzobispo José Domingo Ulloa Mendieta, les dio las gracias a los sacerdotes por su entrega total en este año de pandemia.

 “Hoy es un día propicio para decirles que siempre los tengo especialmente presentes. Ustedes están de continuo en la oración de su obispo. Doy gracias a Dios por cada uno de ustedes, por nuestro presbiterio y los encomiendo en las circunstancias particulares que puedan vivir”, les indicó el arzobispo.

Y agregó: “Gracias por su celo pastoral, por su tiempo no medido, por su trabajo silencioso y sin pausa, por su paciencia y por su fidelidad al Señor, a la Iglesia”.