Carlos Herrera @mejorpareja.mejorfamilia
Un tema que parece tácito en las relaciones de pareja, pero que en la realidad cuesta mucho basándonos en las heridas recibidas o cometidas.
El perdón tiene que ser entendido como un acto de amor … ¿un acto de amor? ¿a quién? Tenemos el falso concepto que, perdonar es brindar un beneficio a la otra persona, aliviarle sus culpas o restarle importancia a los actos cometidos. Es un acto de amor a sí mismo.
Por un lado, quien siente rencor, tristeza, ira y dolor es la persona herida. Por su salud física, mental, por tranquilidad y reconexión consigo mismo, se abre al perdón asumiendo que el perdón es un acto de amor propio.
Por el lado de quien causa la herida, solicitar perdón es el reconocimiento de una acción inadecuada y brindándose a si mismo una nueva oportunidad para actuar de manera diferente, se abre al perdón.
De esta manera tenemos la respuesta a la pregunta del título de este artículo ¿Se perdona todo en el matrimonio? La respuesta es SÍ.
Esto no significa que el perdón implica el restablecimiento del vínculo conyugal, tampoco implica aceptar lo inaceptable, ni ignorar lo sucedido.
La iglesia como madre y maestra nos muestra los primeros tres pasos para la reconciliación sacramental, una ruta para encontrarnos con el perdón de la persona amada: Reconocimiento de acciones erradas, dolor de haber ofendido a la persona que amo y el firme propósito de no volver a hacerlo.
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Perdónate y perdona a tu pareja
- Decide perdonar: toma tu tiempo para procesar lo sucedido y luego abre tu corazón al perdón, decide perdonar.
- Práctica la empatía: identifica cómo te sientes y cómo se siente la otra persona, buscando tener una visión objetiva de la acción. Centrándote en las acciones y no en la persona.
- Identifica y expresa tus emociones: dolor, tristeza, ira y miedo. Todo lo que implica el daño para avanzar en perdón. Hay que soltar todo lo que está adentro, no agudices el sufrimiento. Busca conversar con alguien de tu confianza, ten ayuda espiritual o profesional.
- Posibilidad de reconciliación: recuerda sin condiciones ni manipulaciones. En libertad, sin miedos. Este proceso sugiero que sea acompañamiento espiritual y profesional.
- Mantén tu conexión con Dios: Jesús se enfoca en el perdón, para que vivamos en comunión en Él. María, los apóstoles y los santos nos muestran el camino para vivir el amor desde el perdón. Todo sea para provecho de los que le amamos.