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"Sé santo, llevando el pan de cada día a tu casa”

"Sé santo, llevando el pan de cada día a tu casa”

En las sagradas escrituras, el padre es presentado como un trabajador, quien con la obra de sus manos puede sostener el bienestar físico y la serenidad de su familia: «Comerás del trabajo de tus manos, serás dichoso, te irá bien» (Salmo 128).

El sacerdote Antonio José Velázquez, Secretario Ejecutivo del Departamento de familia, vida y juventud del CELAM explicó durante el XXVII Encuentro Nacional de Agentes de Pastoral Familiar, que llevar el pan a casa es una responsabilidad desde el compromiso laboral, pero este esfuerzo no debe aniquilar la convivencia familiar, allí es donde se vive el camino a la santidad.

Las familias están invitadas a caminar hacia Jesús sin desesperarse por sus limitaciones o caídas, no hay que perder la paz ni la confianza. Reiteró Velázquez que la relación debe convertirse en bien común, porque varón y mujer se desarrollan y adquieren su plenitud.

Alrededor de 150 personas de las diócesis de Colón, Santiago, Penonomé, Chitré, David y Panamá participaron en este encuentro celebrado en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Panamá ubicada en el corregimiento de Chiriquí, en la diócesis de David.

Tomando como referencia las Exhortaciones Apostólicas del papa Francisco: Amoris Laetitia y Gaudete et Exsultate se desarrollaron los temas en los que profundizaron en cinco bloques temáticos que luego fueron debatidos por

delegados del Movimiento Familiar Cristiano, Encuentros para Noindudablemente dentro de la vida matrimonial en algún momento se llevarán cruces, pero lo importante es llevarlas juntos, sin culpar ni torturar al otro.

El padre Velázquez señaló que la Iglesia necesita santos sonrientes que den testimonio, que sean reflejo del día a día transmitiendo la santidad con gestos y detalles.

Hablarnos con delicadeza como parejas y en la familia, nos ayuda a transmitir el amor que genera crecimiento; cuando no se vive esta experiencia la familia cae en prácticas negativas como ridiculizar a la pareja e incluso se cae en el irrespeto.

Ante esta realidad hay que tener presente que el amor debe fortalecerse día a día, no eventualmente aunque destacaron en medio del debate que en la actualidad los varones son más conscientes y ayudan a su pareja en las tareas del hogar, fortaleciendo así la relación familiar y viviendo por ese medio la santidad En la relación de pareja hay que dialogar, darse gracias, fomentar espacios para llegar a acuerdos, usar el altar matrimonial que es la habitación conyugal para esas conversaciones, donde se reafirma la opción del amor, cada cónyuge es instrumento de la cercanía del amor.

Así como dedicamos tiempo a las redes sociales, también hagamos oración en pareja, pedirle a Dios la gracia de amarnos profundamente, contemplarnos desde el amor, pedirle a la Santísima Virgen que nos proteja con su manto maternal, ya que para orar no necesitamos discursos.

Vida sexual del matrimonio

En una de las ponencias el facilitador manifestó que la sexualidad es un regalo maravilloso creado por Dios que se cultiva a plenitud en la vida del matrimonio. “Debe reafirmar el amor por donarse y no ser objeto de menosprecio y mucho menos tomarla como un recurso para gratificar o entretener; debemos vivir a plenitud ese don inviolable y evitar que la pareja se sienta utilizada” explicó.

Aclaró que la teología del cuerpo humano no es solo para la fecundidad, sino también para expresar amor y reconocer que el otro es un regalo que necesita de afectos y caricias.

El Papa Francisco dice que la dimensión erótica de este don de Dios es para embellecer el encuentro de los esposos. Por consiguiente, hay que estar atentos y

no permitir que la sexualidad se llene de patologías que despersonalicen y pase a ser una afirmación del propio yo demostrando deseos egoístas.

Cuando se ama se reconoce en la otra persona la necesidad de

cultivar afectos que permitan manifestar el amor. Deben tener la capacidad de hablar con las parejas los problemas conyugales.

Formadores de personas

La tarea fundamental del matrimonio y la familia es estar al servicio de la vida: formar, que es responsabilidad de los padres a quienes les toca la tarea educadora y demostrar el amor al hijo porque es su hijo, no por hermoso, bello ni inteligente, sino porque es su hijo.

El Papa nos dice que ni las preocupaciones, ni los problemas ni los miedos deben quitarle a una madre el gozo de la maternidad, incluso, aunque no tenga su pareja al lado debe vivir la maternidad con gozo interior.

Concluyó diciendo que la familia es el lugar para acoger nueva vida y los hijos son de Dios y cada uno es único e irrepetible de manera tal que debe sentirse esperado y amado, puesto que es un ser humano con valor no un complemento o solución para una inquietud personal.