¿Cuál es el sentido de la vida?

¿Cuál es el sentido de la vida?

¿Para qué vivimos? ¿Cuál es el sentido de la vida? Mucho se podría decir del tema, pero el objetivo no es el de ofrecer respuestas definitivas, sino el de generar espacios de reflexión sobre la propia existencia.
Imagina que estás en un cuarto completamente vacío. El cuarto se llama: “El sentido de la vida”. Delante de ti, se encuentran tres puertas: I) No hay sentido; II) El sentido es inmanente; III) El sentido es trascendente. Vamos a abrir las tres antes de atravesar alguna.
La primera puerta nos muestra un vacío. La vida no tiene sentido. Vagamos por el mundo como extranjeros, esperando el momento de culminar el gran y único destino al cual hemos sido llamados: la muerte. Nacer, crecer, reproducirse y perecer, esto es lo más cercano que tenemos a un sentido de la vida.
Luego te diriges a la segunda puerta. La abres y te encuentras contigo mismo. La inmanencia te dice que el sentido de la vida eres tú. El sentido de la vida consiste en un vaciarse, liberarse de toda atadura externa y alcanzar la paz con uno mismo. Hacerte nada para hacerte todo. La segunda puerta te lleva al encuentro con un Yo nirvánico, libre y absoluto.
Te diriges a la tercera puerta. La trascendencia te invita a la donación. El amor es donación; en la donación encuentras la felicidad; por lo tanto, en el amor encuentras la felicidad. La felicidad es proporcional a la capacidad de donación y, ésta, es potencialmente infinita. El sentido de la vida consiste en salir de ti mismo y amar, amar con locura, amar como nunca nadie ha amado antes. Amar duele, es verdad, pero el dolor no tiene la última palabra. El Amor es más fuerte que la muerte.
Al final, todo se reduce a esto: ¿Amar o no amar? He aquí el dilema. Nos vemos a la siguiente y que te mejores…