Un informe del Grupo Consultivo, sobre Investigación Agrícola Internacional, advierte que el aumento de la temperatura media anual y la disminución de la precipitación causarán “impactos significativos en la agricultura de todo el país”.
Por: Arnulfo Barroso Watson
“La crisis climática representa una amenaza existencial para los panameños”, sostiene el ministro de Ambiente, Milciades Concepción, al referirse al impacto del Cambio Climático en el país.
Panamá sabe que esto afecta no solo a la producción de alimentos, sino también a su economía, al bienestar ciudadano y hasta a la propia seguridad nacional.
Concepción reflexionó en el Segundo Informe Bienal de Actualización sobre Cambio Climático, que preparó el Estado para enfrentar el fenómeno natural.
Panamá incluye en su estrategia un Plan contra la Sequía, un Índice de Vulnerabilidad, un Sistema de Monitoreo, Reporte y Evaluación, la Plataforma de Transparencia Climática y el Comité de Cambio Climático.
El Ministerio de Ambiente advierte que la destrucción de la naturaleza ha ocasionado las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso más grandes en 800,000 años.
Cambio Climático en cifras
Un informe del Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) advierte que el aumento de la temperatura media anual y la disminución de la precipitación causarán “impactos significativos en la agricultura de todo el país”.
El Cambio Climático provocará que áreas aptas para el agro pierdan esa capacidad y otras que no la tienen, las ganen.
El CGIAR estima que para el año 2030, el promedio anual de la temperatura del país habrá aumentado un máximo de 1.4 grados centígrados y un mínimo de 1.1. grados centígrados.
El aumento de temperatura será en Bocas del Toro, Chiriquí y la comarca Ngobe Buglé y en menor intensidad en Colón, Panamá, el Norte de Darién y la comarca Guna Yala.
Estos cambios producirán aumento en la cantidad de lluvias en una parte del país y disminución en otras.
“En todo caso, aún si el promedio anual no variara significativamente, los cambios en patrones de lluvia harán que se distribuyan de manera diferente las zonas aptas para los cultivos”, destaca.
Advierte que en 21 de 69 distritos del país se perderá capacidad de producción, debido a estos cambios.
Mientras que el Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y el Caribe (Cathalac) estima que para el 2050, Panamá sufriría un aumento de su temperatura de entre 0.5 y 0.2 grados centígrados.
El Cambio Climático generará un incremento de la variabilidad de los patrones de lluvia. Pronostica eventos extremos de precipitación con inundaciones y deslizamientos, por un lado, y por el otro, escasez de agua por el Fenómeno de El Niño.
Las proyecciones incluyen la reducción de lluvias en las regiones con más precipitaciones y un aumento en donde llueve menos, como en el Pacífico Central.
Solo para este año, la Empresa de Transmisión Eléctrica (Etesa) pronostica un retraso de hasta cuatro semanas en la Estación Seca.
Agro, el más golpeado
Las constantes fluctuaciones climáticas golpean al agro con inundaciones o sequías, dependiendo del área geográfica.
Un informe del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida) reveló que en el último período agrícola se perdieron 2,264 hectáreas por la variabilidad climática, la disminución del caudal hídrico, inundaciones y la pandemia.
Durante este último año agrícola, entre abril de 2021 y mayo de 2022, se cosecharon 3 millones 711 mil 75 toneladas de productos en 241,439 hectáreas.
Participaron 48,796 productores y el 95% de estos estuvo en la cosecha.
Y las estimaciones del Departamento de Agricultura, para el período agrícola 2022-2023, incluyen la cosecha de 208 mil 886 hectáreas por 45,942 productores, unos 3 mil menos que en el lapso anterior.
En las proyecciones también hay una disminución de 32,553 en las hectáreas que se esperan cultivar.
Una actividad muy riesgosa
Producir alimentos depende 10% del productor y 90% a factores fuera de su alcance, por ello es “muy riesgoso”, afirmó el presidente de la Asociación de Productores de Tierras Altas, Augusto Jiménez.
Entre los riesgos, no solo enumeró el clima, sino también el alza del precio de los insumos, hasta de 400%.
Sobre el clima, dijo que los huracanes que azotaron Panamá y que dejaron cuantiosas pérdidas demuestran que no somos inmunes a catástrofes.
Solo los huracanes Eta e Iota dejaron en el 2020 cinco muertos, una decena de desaparecidos y millonarias pérdidas económicas en el sector.
“Cada día hay menos productores, y eso es porque hay otras actividades más seguras. Esta es una actividad que no tiene garantía de nada, es muy riesgosa”, enfatizó.
Estas situaciones, destacó, generarán escasez de alimentos en el mundo, según la Agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para los próximos 20 años.
Panamá tiene que desarrollar la producción de semillas para no depender del costoso mercado internacional, dijo.
