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Si el corazón trabaja con amor, el cristiano puede cumplir su misión

Si el corazón trabaja con amor, el cristiano puede cumplir su misión

Hace 10 años, niños de Arraiján perdieron la vida por desnutrición. Desde entonces, en la parroquia San Nicolás de Bari crearon comedores para luchar contra este flagelo.

 

Por Elizabeth Muñoz de Lao

Gladys Caballero se levanta a las 3:00 a.m. todos los días. Tiene una misión y no ceja en su empeño por hacerla bien.

Gladys tiene una gran misión.

A esa hora comienza a preparar la crema, las salchichas, las hojaldas, los emparedados o los bollos para llevar el desayuno a unas 650 personas, entre niños y adultos mayores. Después, prepara la misma cantidad de almuerzos.

Panorama Católico la entrevistó en el comedor de la comunidad 28 de noviembre, en Arraiján, mientras les celebraba la fiesta de Navidad en el comedor de esa zona a 70 niños y 30 adultos.

Cada día, de lunes a viernes, se preparan los alimentos en los comedores de las comunidades 28 de noviembre, Los Pinos, Loma Cová, Nueva Esperanza y 26 de diciembre.

 

Niños morían de desnutrición

La idea de crear estos comedores surgió hace 10 años, cuando en la parroquia San Nicolás de Bari se percataron de que habían muerto siete niños, de entre ocho y 12 años, aquejados de desnutrición severa. El sacerdote en aquella época era el padre Antonio Cajar, y fue quien se percató de esta situación, pues en el sector de Las Veraneras había oficiado la misa de cinco niños que habían fallecido en estas condiciones. Llamó de inmediato a la señora Gladys.

Para paliar el problema, idearon ir al sector todos los días a cocinar sopas para alimentar a los niños.

 

Una fundación, una misión

Con el tiempo, llegó a la parroquia el padre Jorge Estrada, quien se sumó a la iniciativa y recomendó crear una fundación para trabajar, no solo en ese sector, sino en distintas áreas de Arraiján.

Hijos preferidos del Señor.

Así comenzó la Fundación Misericordia de Don Bosco, que nunca ha dejado de brindar desayunos y almuerzos a los niños, pese a las situaciones difíciles que ha vivido el país.

Ei Ministerio de Desarrollo Social los ayuda, pero tarda. Este mes comenzaron a llevar la comida del 2023. Sin embargo, con la ayuda de la Iglesia y de personas que aportan, pueden cumplir con su noble misión.

Gladys explica que se cuenta con un equipo de 28 voluntarios (tres varones y 25 mujeres) para preparar y distribuir las comidas. Entre los cinco comedores, reparten 650 desayunos y 650 almuerzos por día.

 

En el comedor de la 28 de noviembre, celebraron con alegría su fiesta de Navidad.

Solo Dios sabe cómo

Pero, ¿cómo hace Gladys para desarrollar semejante labor? “Bueno, Dios es el único que sabe”, dice convencida, mientras pondera el trabajo de apoyo de los voluntarios que se toman muy en serio su misión. “Nunca me dejan sola”, manifiesta.

Para los niños, el desayuno se lleva preparado a cuatro escuelas: Jesús de los Pobres, Estado de Minesota, Nueva Esperanza y La Cascada.  Los propios directores los mandan a buscar para ayudar a la Fundación en su labor, esa que Dios bendice y la comunidad aplaude.