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“Si en poco tiempo no funciona, nos divorciamos”

“Si en poco tiempo no funciona, nos divorciamos”

Carlos Herrera/Psicólogo – redacción@panoramacatolico.com  

En días pasados escuchaba una reflexión que hizo ruido en mi cabeza y es como nos acostumbramos a la velocidad. Hacer todo super rápido se convirtiera en la regla de conducta del ser humano, de las parejas, de las familias, de los negocios, de la sociedad. Hoy conozco a alguien y si me gusta mañana estoy vinculándome emocional o sexualmente con él o ella, tenemos más negocios de comida rápida que restaurantes, las empresas que tienen más contratos son las que más rápido lo puedan hacer y entregar, el médico que funciona es aquel que me da el tratamiento más rápido para curarme, el mejor auto es aquel que me da confort y me da la posibilidad de ir más rápido. Si los matrimonios a los pocos meses no me hacen sentir bien, entonces el divorcio es la solución.

Estamos tan sumergidos en esta idea que, por ejemplo: le dedicamos a nuestros hijos tiempo, pero mientras menos tiempo mejor, les leemos el cuento más corto, el rompecabezas de menos piezas y pareciera que nadie le quiere poner freno a la vida. Como si quiero dedicar tiempo a mi pareja, casi que le cuento los minutos para hablar, comer juntos, tener intimidad sexual. Como quiero conexión con mi esposo/a si contamos los minutos y queremos que todo sea rápido, impidiéndonos disfrutar de los espacios, momentos que tenemos para nutrir lo que deseamos perdure en nuestra vida.

¡ALTO! … Es hora de parar. La gran virtud de nuestra generación es la paciencia y asumir que todo tiene su tiempo, todo tiene su momento. Existen procesos o procedimientos para que algunas cosas sucedan, algunos son rápidos y otros no tanto. Es más fácil botar y comprar uno nuevo, que reparar. Esto puede parecer exagerado, pero miremos las estadísticas de matrimonios y divorcios de los últimos años; aproximadamente el 70% de los matrimonios se divorcian.

Los matrimonios tienen etapas, momentos de altas y bajas emocionales, debilidades humanas que le hacen tambalear, pero no necesariamente significa que el divorcio es inminente. Hoy te invito a tomarnos tiempo para pensar, para escuchar a tu esposo/a así me desajuste mi agenda, a sentarme con mi pareja y disfrutar de su mirada, de sus manos, de sus caricias, de sus atenciones. Hoy decido vivir diferente, tener un matrimonio a la velocidad que me permita vivir y alcanzar mi objetivo; “Amarnos hasta que la muerte nos separe”.

Cita para iluminar: “Todo lo hizo hermoso en su tiempo y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin .” Eclesiastés 3, 11

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RECOMENDACIONES PARA IR A TIEMPO PRUDENTE EN EL MATRIMONIO:

  • Conversen con profundidad:  reúnete con tu conyugue durante una comida sin celulares, y hablen de las cosas que hacen, que realmente vale pena seguir haciendo y cuáles no.
  • Espacio a solas:  incentivar hacer al menos una actividad juntos como esposos
  • Actividades con pausas: hacer rompecabezas, juegos de ajedrez, domino, cartas, que tengan espacios de silencios y conversaciones.
  • Chequeo constante: abrir espacios para estar solos, un encuentro para chequear como estoy, como me siento.
  • Oración juntos: los espacios para orar juntos y lograr un nivel alto de conexión espiritual. Pedir a Dios la gracia de tener un matrimonio al ritmo que sea de provecho para ambos.