Desde muy joven, Lourdes De León descubrió su vocación, lo que la llevó a prepararse y consagrarse como Misionera Laica de Yarumal.
Por Marianne Colmenárez
Lourdes De León, una mujer veragüense de 60 años, ha dedicado más de tres décadas de su vida a la educación y misión evangelizadora en Panamá.
Como maestra de primaria y también profesora universitaria, ha realizado su labor más allá de las aulas. Recién graduada de docente, teniendo apenas 23 años, se atrevió a preparar a más de cien niños que no habían realizado su primera comunión.
“Mientras laboraba en Santa Rita, Chiriquí, entusiasmé a una colega para que me ayudara a impartir la catequesis. Era una zona a la que no llegaban sacerdotes y la gente tenía mucha sed de Dios”, destaca.
A partir de ese momento Lourdes sintió una fuerte necesidad de misionar. “Hay muy pocos sacerdotes y laicos comprometidos en estos lugares tan apartados. Desde entonces he recorrido numerosas comunidades rurales, preparando a niños, jóvenes, adultos y hasta abuelos dispuestos a recibir los sacramentos”, expresa la maestra Lourdes.
¿De dónde nace esta fe?
Explica que desde muy niña heredó por tradición la fe de su papá, Rufino De León, un renombrado violinista veragüense y devoto católico.
“Siendo muy niños, mis ocho hermanos y yo quedamos huérfanos de madre. Mi padre, ante esta realidad, cayó en depresión. Fue entonces cuando monseñor José Dimas Cedeño, en ese momento obispo de la diócesis de Santiago de Veraguas, se encargó de alimentarnos, cortaba la leña y nos cocinaba”, señala.
Desde esas inolvidables experiencias, Lourdes vio una iglesia fraterna, servicial. “Recorrimos junto a monseñor Dimas muchos pueblos de Veraguas. Con su testimonio aprendimos a trabajar por la iglesia, donde estemos o con quien estemos”.
Consagrada como misionera de Yarumal
Hace 12 años, comenzó su preparación con los Misioneros Javerianos de Yarumal, tanto en Colombia como en Panamá, una formación integral fundamentada en la Palabra de Dios, vida fraterna en comunidad, entrega por los más pobres y excluidos de la sociedad, celo ardiente hasta el sacrificio, actitud de servicio, sencillez y alegría.
“Soy fundadora de la primera Junta de Misioneros Laicos de Panamá, con quienes he aprendido a recorrer comunidades apartadas, llevando el Evangelio con amor y confiados en la Providencia Divina. Una iglesia que no camina no es sinodal, es un cuarto de cuatro paredes”, reiteró.
Aunque su parroquia es San Francisco Javier de Nueva Esperanza, apoya a los Javerianos visitando hogares de las comunidades del distrito de Chepo.
Lourdes, como ministra de la Eucaristía, celebra la Palabra de Dios y distribuye la sagrada comunión, acompañada de su familia; conformada por sus dos hijas, esposos y nietos.
“La familia es el primer eje que tenemos que misionar, todos misionan con gusto”, aclaró.
Siguiendo el ejemplo de los sacerdotes misioneros de Yarumal, Lourdes ha contribuido en la construcción de capillas en áreas rurales; como en los Portales de Pacora y en Superación Campesina.
Aclara que, “si los fieles no se congregan en la capilla, nosotros vamos a su casa. Nos llena de esperanza saber que hemos traído gente que estaba confundida en relación a la fe, todos tenemos derecho a regresar a la Casa del Padre”.
Próximo evento
Actualmente, Lourdes, junto a otros hermanos, está organizando un Encuentro de Laicos Misioneros en Panamá, que se llevará a cabo del 2 al 6 de noviembre en Cerro Azul. Este evento congregará a 150 personas de diferentes países.