Últimos preparativos de Jesús

En el bautismo de Jesús se dieron señales que dejaron claro quién era Jesús y cuál era su misión. Estas señales le dieron a Jesús nuevos conocimientos de sí mismo y de su vocación.

Esto no indica que él desconociera quien era, pues desde su infancia sabia su filiación con Dios y tenía alguna idea de su futuro papel. Como hombre se sometió a la ley del crecimiento, el evangelista Lucas nos dice ”Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y gracia ante Dios y ante los hombres”.

Este acontecimiento fue impactante en la vida de Jesús. Lo lleva a retirarse al desierto, lugar de encuentro con Dios y lugar de preparación para grandes misiones. Fue ahí donde Moisés conoció a Yahvé. Jesús va al desierto antes de comenzar su misión. Necesitaba meditar, escudriñar cual era la voluntad del Padre.

El desierto fue para él lugar de prueba y tentación. Jesús fue el único testigo de sus tentaciones. Jesús aparece como un nuevo Adán que supo resistir y triunfar donde el primero cayó y fracasó. Los evangelios relatan las tentaciones de Jesús en tres etapas; cada una recuerda un episodio de la historia del antiguo pueblo de Dios en el desierto, donde Jesús aparece como un nuevo Moisés y un nuevo Israel.

Al salir del desierto, Jesús pasó un tiempo en Judea y de allí se fue a Galilea, con el fin de dar inicio a su misión ¿Por qué Galilea? Según Juan porque los fariseos no aceptaban competencia y tenían por adversario quien no hubiera estudiado en sus escuelas. Según el evangelista Marcos, fue motivada por la detención de Juan el Bautista, hecho en el cual Jesús vio una señal.