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Un oasis en Santa Ana para los hermanos en situación de calle

Un oasis en Santa Ana para los hermanos en situación de calle

Desde hace cuatro meses, el Albergue Mi Hogar se ha convertido en ese refugio que les protege de la inseguridad y de las inclemencias del tiempo.

 

Por Marianne Colmenárez

Personas sin familia, sin recursos, algunos con adicciones y hasta migrantes en situación de calle se benefician de estos dormitorios creados por la Fundación Senderos, ubicados muy cerca de la parroquia Santa Ana.

Desde su inauguración, en enero de este año, se ha ido corriendo la voz entre las personas que frecuentemente se ven en el parque, en la avenida central, en el Casco Antiguo y en las áreas aledañas a la Iglesia; en su mayoría adultos mayores. Entre ellos se comentan la existencia de “Mi Hogar”.

Aunque algunos se resisten, quizás por falsas creencias de que se van a forzar a realizar alguna actividad, más de 30 personas entre mujeres y hombres se alojan en estos dormitorios transitorios.

“Se les habla con amor, se les explica que tendrán un techo seguro para dormir. Viene la temporada de lluvia y estimamos que muy pronto estará lleno al 100% de su capacidad”, afirmó Glena Gutiérrez, administradora de la Fundación Senderos.

Para Efraín Jaén, de 76 años, ha representado la posibilidad de contar con un espacio para bañarse, leer, ver televisión y descansar, luego de enemistarse con su hija; según explica esta lamentable situación le obligó a salir de su casa.

 

A Remigio le cambió la vida, ahora sirve en el albergue y en el comedor.

 

Oportunidades que dignifican

Remigio Álvarez y Martha García son actualmente los encargados del orden y la limpieza de “Mi Hogar”.  Ambos eran recicladores y fueron saliendo de la calle, gracias al apoyo recibido en la parroquia.

Por gratitud, servían como voluntarios en el Comedor Jesús en los Pobres, y fueron considerados por la Fundación Senderos para ofrecerles esta oportunidad, un trabajo que les dignifica.

Diariamente se distribuyen la carga de responsabilidad. “Todos los días se lavan las sábanas y pijamas que se utilizan. Tenemos un espacio dispuesto con lavadora y secadora, desinfectan los baños. Aparte deben registrar y entregar un kit de higiene a los usuarios, quienes deben asearse antes de acostarse”, explicó Glena Gutiérrez.

 

Ubicado en Santa Ana, muy cerca de la parroquia.

 

Lo bueno se copia

Quienes tienen la oportunidad de visitar este albergue confirmarán lo que sus beneficiarios mencionan, es un lugar acogedor, fresco, limpio y agradable a la vista.

Gutiérrez manifiesta que el modelo de la infraestructura es muy similar a los “shelters” que se usan en los Estados Unidos.  “En estos lugares, las personas van y forman su fila para recibir su cena y luego tienen un espacio seguro para dormir. Son muy buscados en época de invierno”.

El local es de la Fundación Jesús Luz de Oportunidades y la Fundación Senderos se encargó de las adecuaciones de los dormitorios.

Tienen 50 camas en dos niveles, un área de damas y otra para caballeros, baños, lavandería, una mini cocina para preparar café y organizar el refrigerio que se les ofrece, también cuentan con cámaras de seguridad en los diferentes espacios.

Desde las 6:00 p.m. hasta las 9:00 p.m. es el margen de tiempo que tienen dispuesto para recibir a los que deciden alojarse en este lugar. Sólo la noche del sábado, el albergue permanece cerrado.