La Santa Sede acaba de hacer público el documento preparatorio del próximo Sínodo, que arrancará, de manera formal, el 9 de octubre, y se prolongará durante al menos dos años.
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“En una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, todos “caminan juntos”: ¿cómo se realiza hoy este “caminar juntos”, en la propia Iglesia particular? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos”?”. Esta es la pregunta fundamental planteada en el documento preparatorio del Sínodo. Un texto ilusionante pero que dependerá, y mucho, de cómo sea leído, y trabajado, en todo el mundo, y por todo el mundo, o sólo por la jerarquía.
La Santa Sede acaba de hacer público el documento preparatorio del próximo Sínodo, que arrancará, de manera formal, el 9 de octubre, y se prolongará durante al menos dos años. Un desafío lanzado por el Papa para “consultar al pueblo de Dios” cómo articular una sinodalidad real en la Iglesia, en la que todos (laicos y consagrados, obispos y fieles de a pie, hombres y mujeres) puedan participar en la construcción del futuro. Un “caminar juntos” que se antoja decisivo para el futuro.
El documento se articula en torno a cuatro puntos (La llamada a caminar juntos; Una Iglesia constitutivamente sinodal; En la escucha de las Escrituras; y La sinodalidad en acción: pistas para la consulta al Pueblo de Dios) y arranca con una premisa fundamental: “La Iglesia de Dios es convocada en Sínodo”. No sólo los obispos.
Sinodalidad, el camino que Dios espera

“El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”, explica el documento, que solo “caminando juntos, y juntos reflexionando sobre el camino recorrido, la Iglesia podrá aprender, a partir de lo que irá experimentando, cuáles son los procesos que pueden ayudarla a vivir la comunión, a realizar la participación y a abrirse a la misión”.
Compromiso de la Iglesia
El presente Documento Preparatorio favorece la primera fase de escucha y consultación de Pueblo de Dios, con la esperanza de contribuir a poner en movimiento las ideas, las energías y la creatividad de todos aquellos que participarán en el itinerario, y facilitar la coparticipación de los frutos de sus compromisos.
Una Iglesia de puertas abiertas

En este “caminar juntos”, “pedimos al Espíritu que nos ayude a descubrir cómo la comunión, que compone en la unidad la variedad de los dones, de los carismas y de los ministerios, es para la misión: una Iglesia sinodal es una Iglesia “en salida”, una Iglesia misionera, «con las puertas abiertas»”, añade el texto.