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Vencer obstáculos para seguir a Cristo siempre trae recompensas

Vencer obstáculos para seguir a Cristo siempre trae recompensas

27 líderes participaron en este campamento que se realizó en la cima de Cerro Jefe, el punto más alto de la provincia de Panamá, con una altura de 1007 metros sobre el nivel del mar.

 

Por Karla Díaz

Cambios de temperatura, caminatas fuertes, caminos de piedra, lodo, cansancio, fatiga, trabajo en equipo y un hermoso amanecer, fue parte de lo que vivieron 27 jóvenes líderes que participarán de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa y que son parte de la delegación de Peregrinos Panamá.

El objetivo es prepararse espiritual y físicamente para vivir la experiencia de la JMJ 2023 al máximo y poder acompañar a los otros jóvenes que también irán, en todas sus necesidades.

Luis Cisneros, Coordinador de la Delegación Arquidiocesana Peregrinos Panamá, destacó que este campamento es una tradición que se hace cada vez que la delegación va a participar en una JMJ.

 

“Lo que se busca es llevar al límite al líder para que viva experiencias de frío, calor, cansancio, obediencia, desobediencia, y para que nos conozcamos nosotros mismos, nuestras debilidades y fortalezas».

 

«También para que practiquemos el trabajo en equipo que es lo más importante para poder convivir en Lisboa”, dijo.

El tema principal en el cual se basaron es el lema de la JMJ 2023 “María se levantó y partió sin demora”. Reflexionaron, y probaron los límites de sus mentes y sus cuerpos por medio de la oración y las largas caminatas por lugares de difícil acceso, cargando con sus mochilas, comida y lo necesario para poder acampar.

“Lo más importante de todo lo vivido es que pudimos encontrar a Jesús en el rostro del hermano y en nuestro corazón, y de esa forma, estamos seguros, vamos a poder transmitir esa energía a todos los jóvenes de nuestras comunidades que también participarán de la JMJ Lisboa 2023.

 

El duro camino y la belleza del amanecer

Rosa María Suarez es una de las jóvenes que participó en el campamento. Destaca que tuvieron momentos para poner su cuerpo en resistencia.

“Pudimos caminar, pero sinceramente no se cómo logramos llegar a la punta del cerro. Todo eso fue parte de la experiencia que vivimos, ya que al final pudimos contemplar la belleza de la ciudad y el amanecer”, destaca.

Los jóvenes tuvieron que enfrentar largas caminatas. Algunas calles llenas de piedras, otras llenas de tierra y lodo, y algunos senderos más fáciles de recorrer. Así que, desde la parte espiritual, concluyeron que quienes quieren seguir los caminos del Señor se van a encontrar con obstáculos, caminos buenos y malos, pero que siempre deben estar firmes y confiar y creer en él para llegar a los objetivos.

“Esta experiencia de este fin de semana fue diferente, estábamos en medio de la nada con un calor insoportable. Luego en las noches el frío era peor, era espantoso, pero entre todos compartimos, reflexionamos y dimos lo mejor de cada uno para vivir la experiencia y fortalecer nuestra fe”, dijo Rosa.

Caminaron de madrugada, a las 4:00 a.m. cerro arriba para poder contemplar la belleza del amanecer y dieron gracias a Dios por poder vivir esos momentos en comunidad y pidieron poder transmitirlos a los demás jóvenes que vivirán junto a ellos el encuentro con el Papa en Lisboa.