Las vacaciones y actividades recreativas dan a los padres una buena oportunidad para enseñar y crecer en la fe. Es el tiempo de olvidarse de los corre-corre y acercarse a la fuente viva.
Por Marianne Colmenárez
Seguramente en casa todos viven en tiempos más ocupados que nunca, diariamente son bombardeados por una increíble cantidad de información que procesar.
Con la sensación de andar acelerados, los niños o adolescentes de casa culminaron en diciembre el año escolar, pero ahora estando de vacaciones se les ve constantemente sumergidos en las redes sociales o conectados a los videojuegos, están más expuestos a mensajes de consumo y de estímulos constantes.
Por otra parte, algunos papás llegan agotados, sin poder dedicar un tiempo al diálogo o a la oración en familia; dejan para después esos momentos de espiritualidad que recargan completamente las baterías.
Sabiendo que han pasado dos semanas del año 2024, pueden aprovechar para incrementar esta especial relación con Dios, tomar un tiempo para llevar a cabo sencillas acciones que, durante el resto del año, por los quehaceres no pueden realizar.
La idea es fortalecer en todos la fe y unidad familiar.
Adela Acuña, coordinadora del grupo Prejuvenil de la parroquia Santa María La Antigua, sugiere que las familias hagan el esfuerzo de seguir reuniéndose en casa, por lo menos una vez por semana tal cual hicieron en Adviento.
En esos encuentros “podemos fomentar la oración y lectura del Evangelio, a los más pequeños leerles cuentos bíblicos, aprovechar para enseñarles hacer el Santo Rosario o alguna novena, dando siempre espacio al diálogo para escuchar a nuestros hijos”, explicó Adela.
Toma en cuenta la opinión de tus niños, pregúntales: ¿qué te gustaría que hiciéramos juntos?
Leyda Yáñez, catequista de niños de la parroquia San Judas Tadeo, asegura que para mantener viva la esperanza, fe e ilusión de los hijos, lo más importante es la oración en familia a través de las Sagradas Escrituras. “Traten de hacerlo lo más natural posible para que no se sientan obligados, recuerden que es un proceso que comienza desde casa”, reiteró.
Reconociendo el poder de la tecnología, “aprovechémosla también para jugar con nuestros hijos, existen trivias, sopas de letras, crucigramas, canciones, historias bíblicas que nos llevan a conocer un poco más de la vida de Jesús, que se enamoren del amigo que nunca falla”, afirmó la catequista.
Otras ideas saludables
- Las vacaciones ofrecen tiempo para leer y contar historias. Pueden planear una visita a las bibliotecas de la ciudad.
- Pueden desempolvar los juegos de mesa que seguramente tienen arrinconados en el fondo del armario. De seguro, tendrán algunas horas de esparcimiento y sana diversión.
- Pueden darse tiempo para hornear galletas o dulces, después pedirles a los niños que ayuden a decorarlos.
- La actividad física es una buena manera de recargar las baterías. Algunos deportes son más accesibles que otros. Pueden practicar natación o una simple caminata, por ejemplo.
- Dependiendo de las personalidades y los deseos, pueden realizar manualidades, tomar clases de dibujo o aprender hacer pulseras, estas actividades ocupan la mente con algo diferente.
