La Conferencia Episcopal Panameña ha mostrado su “preocupación” por el futuro de las comunidades en donde se desarrolla la extracción minera. De manera particular, los efectos “nocivos” para la vida humana y la ecología, que implica la explotación a cielo abierto.
Redacción
Continúan en Panamá los intensos debates sobre si la minería es realmente provechosa para el país y con afirmaciones del Gobierno de que ha logrado avances positivos en la recuperación del medio ambiente.
En marzo pasado y luego de intensas negociaciones, el Gobierno alcanzó un acuerdo con Minera Panamá, que calificó como beneficioso, mediante el cual recibirá un ingreso mínimo de $375 millones anuales durante 20 años prorrogables.
Según el Gobierno, con este acuerdo el país recibirá 10 veces más aportes que con el contrato original de hace 20 años.
Sin embargo, para grupos conservacionistas y la Iglesia Católica la realidad es otra. Al punto de que el Centro de Incidencia Ambiental presentó querellas penales en contra de dos ministros de Comercio e Industrias por delitos contra la administración pública.
El obispo de Colón y Guna Yala, monseñor Manuel Ochogavía, ha seguido de cerca el tema con los verdaderos protagonistas: los habitantes de las comunidades adyacentes a la explotación de Minera Panamá en la Costa Abajo colonense.
“Los grandes recursos que genera la mina no quedan en el área, lo que queda son migajas mínimas y una población que queda afectada por un estilo de vida que no era el tradicional”, así lo resume el obispo.
“Más allá de la publicidad que se hace sobre los beneficios que trae la minería, en lo humano no repercute como se espera, o como debe ser”, precisó.
Reitera que los supuestos beneficios que genera la mina no crean mayores oportunidades para que la población tenga más acceso a la educación, la salud, o mejores condiciones de vida.
Monseñor Ochogavía sostiene que a la población en general y a los vecinos de la mina no se la ha dicho todo sobre esta actividad minera.
Añadió que a los pobladores se les ha cambiado su estilo de vida con la migración de otras culturas, incluso extranjeras, sin embargo, siguen viviendo en la misma pobreza y exclusión que han sufrido siempre. Y a esto hay que añadirle que el nuevo contrato firmado con Minera Panamá permite la expropiación de las tierras que los campesinos del área han ocupado durante años, dijo.
El obispo recomienda una revisión urgente de este contrato para ver si la mina está pagándole al Estado lo que realimente corresponde por la extracción de diferentes metales, o “migajas”.
Cuidado con la explotación minera
En su más reciente reunión, entre el 6 y 10 de febrero pasado, la Conferencia Episcopal Panameña mostró su “preocupación” por el futuro de las comunidades en donde se desarrolla la extracción minera, cuyos efectos son “nocivos” para la vida humana y la ecología.
Los obispos pidieron al Gobierno que la explotación minera respete el ordenamiento legal, la justicia social, la protección al medio ambiente y la consulta ciudadana de todos los sectores involucrados.
En su comunicado, advirtieron que la explotación minera debe garantizar un desarrollo sostenible, que no ponga en peligro a las personas ni a los recursos naturales.
“No hay dinero en el mundo que pueda compensar el daño que la extracción minera puede causar a corto, mediano y largo plazo, pero podemos asegurar que tenga el menor impacto posible, si nos apegamos a los procesos legales existentes”, enfatizó.
Gobierno no entiende el problema, Mitchell
Mientras que el abogado, experto en Derecho Ambiental, Harley Mitchell, declaró que el Gobierno muestra una total falta de comprensión integral de los problemas ambientales del país.
Precisó que los dos ejemplos más significativos de esto son el contrato minero recientemente firmado, al cual calificó como “encandilante”, y el mal manejo del vertedero de Cerro Patacón.
Sobre Cerro Patacón, dijo que este pasó de presentarse como un relleno sanitario, que se adecuaría a las más modernas prácticas sanitarias del mundo, a un “monumento al mal manejo de desechos”.
Mitchell señaló que lo más decepcionante de esto es que el manejo del relleno era, supuestamente, auditado por la Autoridad de Aseo. “¿Quién auditó entonces?”, preguntó.
En términos generales, manifestó que en Panamá existe un desconocimiento por parte de los gobernantes en la aplicación de las normas administrativas para resolver los problemas ambientales del Estado.
Gobierno asegura que avanza
El Estado elaboró la Estrategia Nacional del Ambiente 2021-2031, denominada Gestión Ambiental para la Restauración de los Ecosistemas y el Desarrollo Sostenible e Inclusivo, aprobada mediante el Decreto Ejecutivo No. 12 de septiembre de 2022.
El Ministerio de Ambiente anunció que este Día de la Tierra se celebrará con la buena noticia de que Panamá logró recuperar 187 mil 657 hectáreas mediante el Programa Nacional de Restauración Forestal.
No obstante, conservacionistas advierten sobre el peligro que representa la deforestación, debido a la agricultura, la ganadería y las labores industriales; la pérdida de fuentes de agua o la disminución de su calidad, así como la contaminación del aire.
También enumeran el mal manejo de los desechos, la minería a cielo abierto, la falta de cumplimiento de normas de protección ambiental y la incapacidad de conservar áreas protegidas.
Y mientras la situación en el mundo se agrava, el ministro de Ambiente, Milciades Concepción, afirmó que los problemas climáticos representan un tema de subsistencia para la humanidad, incluso para los panameños.
En el Segundo Informe Bienal de Actualización sobre Cambio Climático, advierte que la destrucción de la naturaleza en el mundo ocasiona las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso más grandes de la historia.
Retos ambientales de Panamá
“En la última década, Panamá ha enfrentado importantes retos ambientales, especialmente por la creciente urbanización y el desarrollo de actividades productivas bajo parámetros no sostenibles que, sumados al Cambio Climático, han causado afectaciones importantes a los ecosistemas y la biodiversidad”, advierte la Estrategia Nacional de Ambiente.
Estos peligros han motivado que MiAmbiente reconozca que en los últimos 20 años el país ha invertido $386 millones en la gestión ambiental, protección y conservación de cuencas, seguridad hídrica y áreas protegidas.
Sin embargo, admite que esta cantidad no ha sido suficiente y deja rezagada la inversión en temas de Cambio Climático.
Panamá aspira a que para el año 2030 estén en marcha todas las políticas y acciones derivadas del Compromiso de París, en cuanto al Cambio Climático, sobre todo el Plan Nacional de Seguridad Hídrica 2015-2050.
Además, prevé que en el 2050 se haya alcanzado las ambiciosas metas establecidas sobre generación de electricidad con recursos renovables.
Amenazas al medio ambiente
A pesar de los avances que argumenta, el Gobierno es consciente de que la situación pende de un hilo. En un inédito documento enumera “19 problemas ambientales directos y 12 ambientales externos y subyacentes”.
Entre los más importantes destaca la falta de un plan de ordenamiento territorial, el vertido de aguas residuales e industriales, deficiencia en el manejo de las cuencas hidrográficas, derrame de hidrocarburos y otras sustancias contaminantes y la caza ilegal.
En tanto, la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa en su “Panamá Visión País 2050” apunta a objetivos estratégicos para la protección y gestión del ambiente, lograr una producción sostenible y más limpia, la mitigación del Cambio Climático y la gestión eficiente de los recursos hídricos.
Entre los puntos más importantes del documento de la Apede destaca la gestión, conservación y suministro sostenible del agua.
¿Cómo nos evalúan internacionalmente?
Otro de los logros que muestra MiAmbiente es el informe “La próxima frontera” de la Organización de Naciones Unidas, que señala que Panamá remontó 30 posiciones en el ranking mundial de emisiones de CO2, debido a que su economía no depende de combustibles fósiles y a que el 60% de su territorio tiene cobertura forestal.
Además, en el último Índice de Desempeño Ambiental de la Universidad de Yale, Panamá figuró en la posición 70 de 180 países y en la 15 a nivel regional, por encima del promedio mundial y regional, en “Salud Ambiental, Calidad de Aire y Metales Pesados”, así como en la vitalidad de los ecosistemas.
No obstante, se ubicó por debajo del promedio mundial y regional en “Agua Potable y Saneamiento, Pesquería y Agricultura”.