Parte de su misión es ayudar a las personas con enfermedades de cualquier tipo, a vivir con esperanza la enfermedad y la muerte.
Por Karla Díaz
La labor en los pasillos de los hospitales en busca de sanar el dolor por alguna dolencia o enfermedad y que corresponde a los especialistas, médicos y enfermeros, se ve muchas veces apoyada por los miembros de la Pastoral de la Salud, un grupo de sacerdotes, diáconos y fieles que llevan una caricia al enfermo en medio de su situación.
El padre Carlos Alberto Ramos Carrera es el actual capellán del Hospital Santo Tomás, y destaca que su labor no es solamente ver a los enfermos, sino atender a todo el personal que labora en el Hospital Santo Tomás y Hospital del Niño, junto a los sacerdotes de la parroquia Cristo Rey.
“Nosotros brindamos dirección espiritual, confesiones y asistencia espiritual a todos los enfermos con la unción de la salud”, señala.
Trabajan unidos a la pastoral de la Arquidiócesis; el padre Adrián Alonso que es parte del equipo de la capellanía es quien participa de las reuniones de la Pastoral de la Salud y les mantiene al día con la información.
Sobre las experiencias, el padre Carlos señala que algunas veces son tristes, otras veces son muy alegres, pues muchos enfermos se sanan, se recuperan.
“Pero realmente parte de la misión se centra en poder acompañar y ver cómo un alma que está en profunda agonía descansa en tranquilidad y se entrega al Señor en libertad”, dijo el capellán.
En los hospitales hay muchas necesidades, por eso el padre Carlos no puede dejar pasar por alto la gratitud a aquellos fieles que tienen esta conciencia de lo que hace falta en los hospitales y apoyan con toallitas, pampers, leches especiales y artículos de primera necesidad.
“A ellos muchas gracias, pues las necesidades son muchas y los hospitales atienden a una gran población de nuestro país. Al final no lo haces como una obra de caridad sino como una obra de solidaridad con los más necesitados”, puntualizó el padre.
Llevan consigo la acción salvadora de Jesús
Los miembros de la Pastoral de la Salud viven la iglesia visitando a los hermanos enfermos en las comunidades, sus hogares y también en los centros hospitalarios. Los sacerdotes visitan según los días que le toca a cada uno, todo bajo previa organización de reuniones y permisos otorgados por los directores médicos de la región y del hospital.
“Realizar esta labor requiere de vocación y entrega; es necesaria la disponibilidad del agente de pastoral. La capacitación se inicia con el tema del manejo del paciente en sala y las técnicas de asepsia. Luego el tema de la participación del laico comprometido como agente de pastoral en la iglesia y acompañando al enfermo en su sufrimiento”, destaca Mayo Anderson, miembro del grupo coordinador de la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis.
Existen otros temas sobre atención espiritual y de humanización que se dan en el transcurso del proceso de visitas como educación continua. A nivel de hospital, por lo menos en el Santo Tomás, existe el Comité de Asistencia Espiritual a cargo de las enfermeras, personal administrativo y Damas Voluntarias, que se reúnen junto con el capellán para planear y organizar el calendario de actividades.
Así se planifican el Día de la Enfermera, Día de los Técnicos, también las eucaristías semanales y de domingo.
La señora Mayo destaca que al acudir el sacerdote a visitar al enfermo lo realiza acompañado por un agente de la pastoral. Allí se le coloca la unción, previa confesión y se le brinda la Santa Comunión. También debe anotar en el expediente del paciente que ya fue visitado por el sacerdote. Esto se anota en la hoja- boleta de admisión al pie de página, y luego es firmada por la enfermera.
“En caso de que la enfermera detecte la necesidad de cualquier paciente, según su gravedad o solicitud de asistencia espiritual, indistintamente de la religión, deberá localizar al sacerdote o ministro a través de la telefonista, la cual mantiene los números correspondientes”, asegura la agente de pastoral.
Ellos son sin duda, esa expresión de la vida en comunidad, impulsando el servicio hacia aquellos que se encuentran sufriendo. El agente de La Pastoral de la Salud del hospital se encarga de visitar a los enfermos en las salas y evangelizar con renovado espíritu a todos con un mensaje de esperanza, detectando sus necesidades y si requiere los sacramentos.
“De los dolores y las curaciones se encarga el médico y la enfermera, pero durante el sufrimiento, el Señor envía a los Agentes de la Pastoral de la Salud como bálsamo para su cura, es allí donde actuamos para servir y acompañar”, puntualizó Mayo.
