Panorama Católico acompañó la misión puerta a puerta de los jóvenes de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana en Chame. La rica experiencia les dejó llenos de esperanza y de muchas ganas de trabajar para Dios y nuestra iglesia.
Por Karla Díaz
En el año 2019, los jóvenes que participaron del Encuentro Juvenil Arquidiocesano hicieron una petición especial a la comisión organizadora; querían trazar líneas o criterios de acción para la Pastoral Juvenil que incluyeran, con mucha fuerza, los ambientes misioneros.
Es así como luego de un especial estudio y trabajo, nace la Misión de Verano, un espacio en el cual se hace una convocatoria abierta a las Pastorales Juveniles de la Arquidiócesis y a todo joven que quiera participar para que vivan esta experiencia.
Este año fueron 30 muchachos los que con muchas ganas partieron a llevar el mensaje de amor a varias comunidades del sector este y oeste del país. Estuvieron en Isla Chepillo, El Tigre y Chinina de Chepo; en La Mesa de San Martín visitaron Juan Gil y Bajo el Piro, y en el área Oeste de la provincia estuvieron en Los Pozos y Cabuya de Chame.
El padre Justo Rivas, responsable de la Comisión de Pastoral Juvenil Arquidiocesana, destaca que en esta misión el objetivo es acrecentar el espíritu misionero de los jóvenes para que conozcan las realidades misioneras de nuestra iglesia, tanto las rurales como las urbanas.
“De esta manera buscamos que el joven se enamore de la misión por medio del contacto con Jesucristo en las comunidades, ya que tienen un itinerario en el cual a lo largo de la misión comparten momentos de oración, reflexión, convivencia, y se encargan de evangelizar a las familias de las comunidades”, señala.
El sacerdote agrega que otra de las finalidades es que, al momento de regresar de la experiencia, que dura aproximadamente de 8 a 10 días, los muchachos puedan regresar y practicar lo mismo en sus parroquias con las pastorales juveniles y realizar misiones en sus comunidades eclesiales.
“Los que esperan en el Señor, caminan sin cansarse”, fue el lema escogido para la misión de verano 2024 de la Pastoral Juvenil.
Fue un mutuo compartir
Al llegar al primer punto, la comunidad de Los Pozos, los jóvenes contaron su experiencia vivida durante los días anteriores. Con risas relatan cómo en medio de su caminar y sin darse cuenta terminaron evangelizando dentro de una cantina.
“El lugar estaba vacío, y no nos dimos cuenta, pero igual la señora que estaba allí nos recibió y nos abrió las puertas para escuchar el mensaje. Oramos, cantamos y leímos la Palabra; fue un hermoso momento”, destaca Mónica Henry, una de las misioneras.
Con lágrimas en los ojos, las personas abrieron su corazón, y sin importar la religión recibieron el mensaje. Las palabras de aliento sirvieron de reflexión, las familias fueron agradecidas y hasta rezaron con ellos el Padrenuestro.
Rommel González, de la capilla Jesús Nazareno de Cabra, destacó que la experiencia de misión les ha servido para reforzar más su fe y estar atentos a lo que enseña la iglesia. “Misionar no es un paseo, es una responsabilidad que tenemos todos como católicos, por eso debemos hacerlo con más constancia”, señaló.
La comunidad nos acogió con cariño
En Cabuya de Chame, tres jóvenes compartieron durante toda la semana la Palabra de Dios haciendo vida el lema “Los que esperan en el Señor, caminan sin cansarse”. En ese sentido destacaron que diariamente visitaron alrededor de 7 familias, cada una diferente de la otra, pero todas con una conexión especial y siempre dispuestas a la escucha.
Kamile Troya, de la Parroquia San Francisco Javier de Cabra, se siente agradecido con las personas de esta comunidad, ya que los han recibido con un especial cariño. “Han estado muy pendientes de nosotros, nos han tratado de maravilla y eso hace que la experiencia sea más enriquecedora”, dijo.
Por su parte, Nairobis Rivera de la parroquia Medalla Milagrosa de Alcalde Díaz, asegura que ha sido muy motivador el hecho de que los jóvenes de la catequesis de Confirmación del sector los hayan acompañado en esta misión puerta a puerta.
“Estos muchachos son espectaculares; son jóvenes como nosotros y en cada visita también se emocionan, lloran, nos abrazamos, oramos juntos y eso nos hace sentir que lo estamos haciendo bien”, destaca la joven.
Estamos felices de recibirles
Zobeida Ramos, residente de Los Pozos, comentó que se siente muy contenta por el trabajo de misión realizado por los jóvenes, ya que reconoce que no es difícil dejar su hogar en la ciudad de Panamá para ir a llevar la Palabra de Dios a una comunidad que no conocen y de puerta a puerta.
“Soy docente y lo que más me gusta es que puedo darme cuenta de que los chicos están preparados. Han tocado temas como la presencia de Dios en nuestras vidas, el pecado y se ve que quieren seguir formándose para hacerlo bien”, dijo Ramos.
En esa misma línea se pronunció Secundino Zamora, quien nos recibió en su hogar junto a los jóvenes y el padre Justo y dijo sentirse muy bien de la visita, ya que no es cualquiera y menos jóvenes, los que deciden dejarlo todo por unos días para predicar el Evangelio.
Nos sentimos bien porque a estas comunidades los sacerdotes llegan poco, una vez al mes o cuando hay Hora Santa, así que tenerles aquí con nosotros es una gran bendición”, destacó.
La Misión de Verano 2024 finalizó con una Eucaristía en la Capilla San Juan Pablo II de Albrook, lugar que congregó a todos los jóvenes misioneros para dar gracias a Dios y compartir su experiencia llevando el Evangelio a estas comunidades apartadas.