Hace 60 años, Monseñor Marcos Gregorio McGrath le ungió las manos con el Óleo Santo para ser intermediario entre Dios y los hombres.
Por P. Francisco Bárcenas
El 24 de mayo de 1964, el padre Aníbal Cornejo Amores fue consagrado sacerdote. Ese día Monseñor Marcos Gregorio McGrath le ungió las manos con el Óleo Santo para ser intermediario entre Dios y los hombres. Tiene el honor de ser el primer sacerdote ordenado en la Diócesis de Santiago de Veraguas por Monseñor McGrath y pertenece a la Congregación de la Misión de San Vicente de Paul (Padres Paulinos).
Este año 2024 cumplió 60 años de vida sacerdotal, y es testimonio vivo de fidelidad a la vocación sacerdotal. Su fe y obediencia ha sido garantía de fidelidad a Cristo.
Es oriundo de Soná, Veraguas, es el décimo de 12 hermanos, hijos del educador Samuel Cornejo (q.e.p.d.) y doña Natividad Amores de Cornejo (q.e.p.d.).
Durante su trayectoria, al servicio de la Iglesia y de su Congregación, ocupó varios cargos, entre ellos: Rector del Seminario Menor San José, Capellán del Hospital General de la Caja de Seguro Social en la ciudad de Panamá, Párroco de la Iglesia San Francisco de Asís del Casco Antiguo, director Espiritual de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul en Centroamérica y Panamá. Ejerció su labor docente como director del Colegio San Vicente de Paul, en Santiago; y fue catedrático de Psicología y de Latín en la Universidad de Panamá y en la Universidad Santa María La Antigua.
En la actualidad continúa prestando sus servicios pastorales en el Centro Juvenil Vicentino (CEJUVI), ubicado en Nuevo Chorrillo, Arraiján y oficia las misas dominicales en la Capilla del Hogar Monerri de las Hijas de la Caridad.
Lo felicitamos por su fidelidad y perseverancia al llamado que un día le hiciera el Señor a este santo y sublime Ministerio.