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Puerto Caimito manifiesta su fe a la santísima Virgen del Carmen

Puerto Caimito manifiesta su fe a la santísima Virgen del Carmen

La fe tradicional de todo un pueblo pesquero se vive durante la festividad de la Virgen del Carmen, a la que eligieron como patrona de Puerto Caimito desde hace más de 80 años. Su gente no duda en adorar a Jesús, en primer lugar, y venerar a su madre con respeto ya amor incondicional.

 

Por Elizabeth Muñoz de Lao

Cada 16 de julio, una gran flota pesquera pinta el paisaje de la costa de Puerto Caimito, en La Chorrera, con algo más que peces, trasmallos, redes y cestas. Cientos de botes artesanales y barcos bolicheros van repletos de pescadores, pero no van solos. Una tripulante los acompaña desde hace más de ocho décadas: la Virgen del Carmen.

Ese día, los marinos zarpan al Pacífico para venerar a quien consideran su protectora y madre amantísima. La religiosidad popular de la gente sencilla y agradecida se pone de manifiesto y aquel marinero fuerte y curtido por el sol, canta alabanzas a la virgen mientras el mar marca el ritmo con su oleaje.

 

Ella, rodeada de flores en su anda, capitanea la procesión acuática, protegiendo a sus hijos.

 

Horas más tarde, el resto de la población participa de la procesión por las calles del lugar. Durante días se preparan para ello: limpian las vías, los muelles y playas con el apoyo de las empresas pesqueras del pueblo “para que la virgen lo vea todo bonito”, según manifestó una moradora con la fe tradicional que caracteriza a los pobladores.

 

¿Cómo nació esta devoción?

La faena del pescador, pesada y diligente.

En 1939, un grupo de pescadores se reunió y consideró que Puerto Caimito es un pueblo a la orilla del mar, donde la mayoría de sus pobladores son marinos y se dedican a la pesca. Por tanto, decidieron que se veneraría a la Virgen del Carmen, pues ella es patrona y protectora de los marineros. En ese momento, la nombraron también patrona de su comunidad.

En aquellos tiempos, el señor Máximo Tejada donó la primera imagen, debidamente enmarcada, informó el profesor Joshua Hernández, residente en ese puerto chorrerano, información que fue corroborada por su hija Berta Tejada, la más longeva del pueblo.

Desde entonces, han pasado 84 años consecutivos de devoción a la virgen, a la que también denominan “Estrella de los mares”.

 

Testimonios vivos de fe

La fe del marino Junier Valdez “siempre ha sido muy grande”, como él la describe. Junier es un chalanero, es decir, el marinero que sube a una panga para halar el barco bolichero, a fin de que las redes de pesca no se enreden debajo y no se revienten. Es un trabajo de mucho riesgo, pero él se encomienda “a mi virgencita”.

Su fe se acrecentó cuando en 2019, el barco en que trabajaba se hundió lleno de pescados. Él solo atinó a invocar a la virgen. Salió sano y salvo junto con sus compañeros y dio gracias por su protección, lo que sigue haciendo cada día de su vida.

 

Como Manuel Girón, los pescadores oran con fe a la madre de Dios.

 

Otro tanto ocurre con el panguero de la motonave “Andrea”, Ariel Bethancourt, un hombre de mar fornido que cada mañana ora con fervor “a Cristo, que todo lo puede”, y a su madre, la virgen.

También él vivió un episodio difícil en el mar, cerca de Juan Díaz, cuando el barco se hundió y rogó a Dios por su vida y la de sus compañeros. Pidió con fe un milagro, convencido de que su súplica al gritar “Dios mío, protégenos de todo mal, la sangre de Cristo tiene poder… virgencita querida, protégenos”, sería escuchada. Así fue, todos salvaron sus vidas.

Mientras tanto, Manuel Girón, marino del bolichero Pleamar, sale a la faena de pesca de sardinas y arenca “siempre en compañía de la virgencita, protectora de los pescadores, claro, independientemente de nuestro Señor Jesucristo”, recalca.

Califica su fe como tradicional, “nunca se olvida, como lo hace todo el pueblo. Con mucho fervor, sacamos con alegría y optimismo a pasear a la virgencita. Cuando hay vientos malos, le invoco: virgencita, por favor, protégenos, danos la sabiduría para saber qué hacer. Yo sé que tú siempre estás ahí cuidándonos y a toda persona que está en el mar, siempre firme, ahí”, expresa emocionado.

Pero, si hay alguien en Puerto Caimito que es reconocida por su fe en la Virgen del Carmen, es Victoria Cedeño. Esta feligresa está muy clara en que el católico no adora imágenes, pero sí venera a la virgen porque “por algo Dios la eligió como madre de su Hijo”, y a los santos, porque “todos estamos llamados a buscar la santidad”, explica.

La madre de Dios se merece respeto, dice convencida Victoria, y se alegra de que en este pueblo costeño, la gente coopera para festejarla; las novenas son alegres y la iglesia se llena a toda su capacidad. “Yo amo a la virgen porque ella dice: hagan lo que Él quiere, no lo que yo quiero”, expresa con ese tono alegre de un católico comprometido.

 

Horario de celebración

Las festividades patronales comenzaron desde el domingo anterior a la primera novena, con una caravana, informa el profesor Joshua Hernández.

Del 7 al 15 de julio se celebraron las novenas y las eucaristías, con un cierre dedicado a la integración familiar, que incluyó  un recorrido por las calles de la comunidad, rezando el rosario y portando antorchas para conmemorar los 84 años de presencia de la Virgen del Carmen.

A partir de las 12:00 a.m. del 16 de julio, se celebra la serenata y repiques de campana.

6:00 a.m.: Rosario de la aurora.

9:00 a.m.: Rosario por La Paz.

10:00 a.m.: Celebración por el Diácono Fernando Suárez.

12:00 m.d.: Rosario por los enfermos.

3:00 p.m.: Coronilla de la Divina Misericordia.

4:00 p.m.: Rosario por las familias.

5:00 p.m.: Eucaristia solemne de la Virgen del Carmen, presidida por el Padre Efraín De León.

Seguido, la procesión con la Virgen del Carmen.

A las 2:00 p.m. del 16 de julio, las embarcaciones saldrán al mar con la virgen, en procesión acuática.