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Sirven a los enfermos sin pedir nada a cambio y sin hacer distinciones de credos

Sirven a los enfermos sin pedir nada a cambio y sin hacer distinciones de credos

Las religiosas Siervas de María llevan más de 80 años en Panamá, dedicadas exclusivamente al cuidado de quienes han perdido la salud, con amor los preparan espiritualmente para regresar a la Casa del Padre.

 

Por Marianne Colmenárez

Son poco conocidas, debido al trabajo silencioso que realizan. Sin embargo, son muchas las familias panameñas que se han visto beneficiadas gracias a la asistencia y acompañamiento que recibieron por parte de estas religiosas enfermeras.

Actualmente, solo seis conviven en Panamá. Dos de ellas tienen 96 años de edad, Sor Isabel Bustingorri y Sor Feliciano Diez.

“Estas hermanas entregaron toda su vida a este país, las dos llegaron de España hace más de 40 años. Cumplieron su misión tanto en Panamá como en Colón, cuando teníamos casa en esa diócesis. Lamentablemente se tuvo que cerrar por falta de personal, ya que han disminuido considerablemente las vocaciones”, destacó Sor Sandra Saldarriaga, superiora de la congregación.

Para conocer la obra pueden contactarles al WhatsApp: 6911-8630.

Explica que, aunque su carisma es preferentemente ofrecer un servicio nocturno y a domicilio, también realizan su labor en hospitales, clínicas y centros de salud. Van donde el enfermo se encuentre, no hacen distinciones de raza, sexo, religión o clase social.

“Es el sacrificio más bonito porque es nuestro descanso. Nuestra fundadora Santa María Soledad Torres Acosta tuvo esa inspiración, junto al sacerdote también español, Miguel Martínez. Otras congregaciones pueden dedicarse a los enfermos, pero expresamente en la noche solo las Siervas de María, Ministras de los Enfermos tenemos este apostolado”, afirmó Sor Sandra.

Comenta que las familias requieren este apoyo, porque sus sueldos son módicos y no les alcanza para pagar una enfermera o simplemente requieren recobrar fuerzas para seguir cuidando a sus enfermos.

“Todas somos profesionales en enfermería, dentro de nuestra formación como religiosa también se nos exige ir a la universidad para estudiar enfermería”, acotó la hermana superiora.

 

Regresan a la Casa del Padre

Sor Angelina Sarango, religiosa ecuatoriana con 14 años de servicio el Istmo, ha sido instrumento de paz en momentos de mucho dolor y angustia; como todas las Siervas de María se enfoca en ser cooperadora de Cristo y María en la salvación de las almas.

“Nos preocupamos por preparar al paciente espiritualmente, en casa o en el hospital buscamos hacer catequesis y oración con el enfermo y con la familia. Creamos el enlace para que les visite el sacerdote y puedan recibir los santos oleos. Se viven momentos de purificación para todos”, afirmó.

Asegura que pocos han rechazado los momentos de espiritualidad, la gran mayoría accede y dan paso a la misericordia infinita de Dios que le invita volver a Casa del Padre.

 

En los casos que simplemente no quieren esta ayuda, las Siervas respetan y oran en silencio.

 

Sor Angelina comenta que hace un tiempo le tocó cuidar en un centro hospitalario a una paciente china protestante que vivía sus últimos días llena de angustia, enferma de cáncer, buscaba desconectarse todos los equipos que le ayudaban mantenerse con vida.

“El Espíritu Santo me inspiró por días para hablarle poco a poco de Jesús. Mientras le oraba veía como a pesar de su resistencia recobraba la paz. Sabía que antes de ser protestante había sido católica, no fue fácil, pero finalmente ella misma solicitó la visita de un sacerdote, se confesó, comulgó y recibió los santos oleos a eso de las 10:00 a.m. y a las 3:00 p.m. murió”.

 

Fundadas en 1851 por Sor María Soledad Torres Acosta.

 

¿Cómo se sostienen económicamente?

Las Siervas de María se aferran a la Divina Providencia quien les cubre todo, desde los alimentos a hasta las medicinas que necesitan las religiosas mayores.

“Los panameños han sido muy generosos y fieles en sus donaciones. A veces tenemos bajones, pero el Señor se encarga siempre de enviar alguna ayuda, no nos desampara”, expreso Sor Sandra.