Es un gran digestivo, ayuda a evitar y tratar digestiones pesadas. También ayuda a reducir los niveles de colesterol.
Por Diamar Díaz Nieto
El té es una de las bebidas favoritas por su fácil preparación, porque solo se necesita agua caliente; por ende, es muy utilizada en casi todas las culturas. Una de las más populares es la de jengibre.
La licenciada en nutrición, Ariany Ríos, que labora en la Policlínica “Presidente Remón”, de la Caja de Seguro Social, destacó que esta planta cuya raíz es usada dentro de las artes culinarias, preparada como infusión presenta importantes propiedades antiinflamatorias, antisépticas, digestivas e incluso alivia los síntomas del resfriado común.
Destacó que el jengibre contiene una importante sustancia activa, conocida como gingerol, que disminuye el riesgo de infecciones en el organismo y posee un efecto comprobado contra el crecimiento de bacterias y el desarrollo de virus, especialmente en el tracto respiratorio.
Disminuye la inflamación general del cuerpo, lo que facilita el funcionamiento del sistema inmunitario, mejorando las defensas.
De la familia de la cúrcuma, el jengibre aporta minerales como el manganeso, hierro, magnesio, zinc, potasio, fósforo y calcio y vitaminas como la C, B3, B6, B1, B2, B9 y vitamina E; por lo que, en esta temporada lluviosa, es un complemento ideal, delicioso e importante para fortalecer las vías respiratorias.
También existen otros tipos de tés que además de su delicioso sabor y amor, favorecen el buen estado de nuestra salud.
El consumo regular de esta bebida permite beneficiarnos de un gran aporte de antioxidantes naturales, los polifenoles. Las catequinas, principales polifenoles del té, combaten la acción oxidativa de los radicales libres y luchan contra el envejecimiento celular, contribuyendo a regular los niveles de colesterol y ayudando al sistema depurativo del cuerpo a eliminar toxinas y grasas. Los polifenoles también protegen de las enfermedades cardiovasculares, de la hipertensión y de la diabetes, así como de las infecciones y del asma.
Bebida universal
Un detalle que es bueno saber es que el té, independientemente de su sabor, es un tipo de infusión (proceso de emplear agua caliente) en el que se usa la Camellia Sinencis. Por lo tanto, todos los tés son infusiones, pero no todas las infusiones son té, podemos hacer infusiones de té, de raíces, de manzanilla, entre otras.
Otra de las diferencias es que en la preparación de tés se suele esperar a que el agua hierva, en cambio en las infusiones, en las que se emplean otras plantas, se usa agua muy caliente, pero sin llegar a hervir.
Sobre la forma correcta en la que se prepara esta deliciosa bebida resaltó la profesional de la salud, depende del tipo de té, el tiempo oscila desde 1 a 10 minutos, se debe calentar previamente el agua y la temperatura fluctúa entre 65°C a 100°C.
En cuanto al número de tazas recomendadas es de 1 y 2 tazas de té al día con 2.5 gramos de té cada una, es decir una bolsita o una cucharadita por taza, sin azúcar añadida o bebida láctea o bebida vegetal.
Su difusión por el mundo
Se cuenta que té empieza por su expansión en China. Fue en la época de las seis dinastías (589-222 a.C.) cuando empezó a conquistar el sur del país, y lo hizo como planta medicinal.
Se estima que para el año 800 d.c. las grandes caravanas de este imperio asiático, lo llevó a sitios como Japón junto a otras hojas medicinales.
No hay datos que respalden quien fue el primer país que exportó el té a todas las regiones de Europa, algunos mencionan que es Portugal y otros que Holanda.
La nutricionista Ríos enunció las diferentes tipos de té destacando las siguientes:
Té blanco: es uno de los más preciados por su delicado sabor, que se debe a que es el menos procesado de todos. Se cosecha antes de que las hojas abran por completo, es decir los brotes que son los más jóvenes y suaves. La recolección es a mano y su color se debe a que al ser una recogida tan temprana no se oxidan tanto las hojas como sucede con el té negro y verde y que el proceso de secado de las hojas se hace rápidamente. Además, tiene una menor cantidad de teína.
Té verde: su nombre se debe al color que toman las hojas del té en el proceso de fermentación y secado.
Esta bebida, precisó Ríos, se elabora con las hojas más frescas de la planta y con los brotes nuevos que aún no se han oxidado, por eso adquieren ese tono tan claro.
El té verde está considerado como una de las bebidas más antiguas del mundo y fue descubierto en China, hace más de 4.000 años. Actualmente, la toman más de dos tercios de la población mundial.
Té Matcha: se le llama de este modo al té verde que se muele hasta obtener un polvo muy fino. Se consume batido en agua. Es un té mucho más concentrado.
Té negro: extremadamente popular en Reino Unido porque es el que se utiliza para hacer el famoso English Breakfast Tea, que es el té típico inglés. Es el del famoso té de las tres de la tarde. Igualmente se hace el Earl Grey, que es saborizado con bergamota.
Té Rojo o Pu-erh: también llamado Pu-erh o té pu-erh (en chino) es una variedad fermentada que se produce tradicionalmente en la provincia de Yunnan en China.
Se obtiene con hojas de té verde post-fermentadas que se almacenan en barricas de bambú, un mínimo de dos años. El proceso tan largo es el que hace que las hojas tengan esos tonos rojizos y por eso tenga ese color rojo tan característico, y también su sabor. Este procedimiento tan meticuloso hace que sea un té muy apreciado por su sabor.
Otros usos
- El jengibre es delicioso para condimentar y puede ser un toque final perfecto para un plato de carne, pollo o pescado. Además es placentero salteado con verduras.
- Por la presencia del gingerol, el jengibre inhibe las postaglandinas, sustancias que generan la respuesta inflamatoria en el cuerpo. Por ello, puede ser útil para combatir los dolores menstruales.
- A pesar de sus beneficios, es recomendable consultar con su médico en especial si está embarazada, vive con enfermedades crónicas o con otros problemas de salud.
