Tras la pista de la identidad en la Educación Católica de Panamá

Tras la pista de la identidad en la Educación Católica de Panamá

La escuela católica está llamada a transformar, a renovarse para seguir afrontando con empeño y responsabilidad, los retos de la educación del siglo XXI, asegura el padre Jorge Rivera, en entrevista a este semanario.

Betzaida Toulier U.

El 16 de agosto se celebra en Panamá el Día de la Educación Católica. Es oportuna la fecha para hacer una profunda reflexión sobre los retos que enfrenta. Uno de ellos es trabajar en su identidad, pues siempre hay que evaluar si está cumpliendo con su misión central, que es el anuncio del Evangelio y sus valores, donde la comunidad educativa es siempre discípula misionera de Jesús.

Al respecto, entrevistamos al Pbro. Jorge Rivera-Rodríguez R., Delegado y Vicario de la Pastoral Educativa de la Arquidiócesis de Panamá, recientemente elegido, presidente de la Federación de Colegios Católicos de Panamá (FECAP). 

1.- ¿La Educación Católica enfrenta desafíos, considera que el más inmediato es trabajar su identidad o hay otros que considera prioritarios?

“Pienso que es uno de los desafíos prioritarios, ya que la Iglesia Católica cuenta con la educación como un instrumento de evangelización y en esta cultura postmoderna, hace falta una orientación crítica y constructiva en aspectos superfluos y permisivos que van  deteriorando aspectos fundamentales de la dignidad y la vida humana.

La Educación Cristiano-Católica debe ser “luz y sal” de la Tierra, transparentando los valores del Reino de Dios como identidad fundamental y resaltando los valores evangélicos, propios de las distintas órdenes y congregaciones religiosas.

Otros de los desafíos, para afrontar en una sociedad globalizada y de la “imagen”, es la utilización de plataformas digitales y redes sociales con identidad propia, sin que estos entornos virtuales nos lleven a olvidar la convivencia interpersonal. Los jóvenes necesitan espacios educativos en los cuales puedan encontrarse a sí mismo, con sus compañeros y con Dios”.

2.- Los colegios católicos por su naturaleza misma enfocan su educación en la formación humana, espiritual e integral. ¿Sigue siendo esta su impronta o hay nuevos paradigmas?

“La promoción y formación humana siempre van a ser fundamentales desde el personalismo filosófico cristiano. El sentido profundo de la “encarnación” del Verbo de Dios nos revela que lo divino está unido a lo humano en Cristo Jesús.

El concienciar a los estudiantes en su ser y dignidad, son aspectos básicos de la Educación Católica, pero ese es el inicio del camino, Jesús se hace hombre para llevarnos a Dios y ser sus hijos. La Educación Católica debe llevar a la espiritualidad, al encuentro con Dios, aprender a vivir el amor a Dios y al prójimo, en este sentido podemos hacer referencia a los Santos, ellos son nuestros maestros, nuestros santos fundadores, que aprendieron a vivir el amor de Dios cumpliendo su voluntad en su vida de acuerdo con las necesidades y urgencias del lugar y de la época del momento, por esto el ofrecerle a los niños y  jóvenes  la espiritualidad de cada santa o santo patrono traducida al mundo de hoy, puede ser una fuente de experiencia para cambiar positivamente la vida de cada uno de nuestros estudiantes y sus familias”.

COLEGIOS. En los planteles de orientación católica se promueve el cuidado de la casa común entre el estudiantado.

3.- Es evidente que hay una transformación educativa a raíz de las medidas de bioseguridad, dadas por la pandemia. ¿Estaban preparados para afrontar esta modalidad de enseñanza virtual?

“La modalidad de enseñanza virtual ya tiene varios años, algunos colegios habían incorporado plataformas educativas y comunicativas en sus procesos educativos. Para lo que no estábamos preparados era para afrontar las diversas medidas que se implementaron a causa de la pandemia, por ejemplo, nunca habíamos trabajado sin la presencialidad y toda la organización educativa estaba centrada en la educación presencial. La emergencia, a raíz de las mediadas por la pandemia, nos ha hecho investigar, adaptarnos, estudiar, capacitarnos y renovar de manera resiliente el proceso educativo.

Hoy día hablamos de modalidades híbridas, semipresenciales con más confianza, conocimiento y naturalidad. Los entornos virtuales educativos han llegado para quedarse e incorporarlos a nuestros procesos educativos. Además, es una oportunidad para contribuir al cuidado de la casa común, hemos reducido en un alto porcentaje el gasto de papel (lo que repercute en beneficio de la naturaleza), sabemos que la escuela católica está llamada a transformar, a renovarse para seguir afrontando con empeño y responsabilidad los retos de la educación del siglo XXI”.

4.- En este contexto, hay que destacar el gran esfuerzo de los docentes para ponerse a la altura del desafío…

“Ha sido un reto para todos, el autoperfeccionamiento y la autocapacitación; la permanencia de los alumnos en sus casas ha disminuido el control del docente en el proceso educativo. Los estudiantes deciden si se conectan o no, si prestan atención o no; si realizan sus asignaciones o no. Al no estar en el salón de clases y algunas veces sin supervisión en casa, por diversas causas, la responsabilidad de aprender y cumplimiento de tareas se ha hecho más difícil.

Todo este proceso ha requerido del docente implicarse y motivar más a los alumnos en cada tema, en cada clase y asignación, han tenido que innovar y actualizar estrategias de enseñanza-aprendizaje para que el proceso de aprendizaje sea atractivo y al mismo tiempo formativo.

Es uno de los grandes retos de la virtualidad: la sincronización de fondo y forma de la enseñanza, utilizar los recursos audiovisuales, la interacción efectiva, el feedback, los foros de discusión, la sustentación de investigaciones, uso de simuladores y la realización de trabajos creativos”.

Mapa de ruta
  • Desafíos. La utilización de plataformas digitales y redes sociales con identidad propia, sin que estos entornos virtuales nos lleven a olvidar la convivencia interpersonal.
  • Naturaleza. La promoción y formación humana siempre van a ser fundamentales desde el personalismo filosófico cristiano. Concienciar a los estudiantes en su ser y dignidad.
  • Compromiso. Todo este proceso ha requerido del docente implicarse y motivar más a los alumnos en cada clase, innovar y actualizar estrategias de enseñanza-aprendizaje.

5.- Los colegios deberían aprovechar tener a la familia reunida y volver a sanar ese tejido, esa alianza escuela-familia…

“La promoción de los valores personales y familiares, la comunicación asertiva y empática, sincera y abierta son elementos claves de la educación virtual.

De igual manera, la Escuela de Padres, teniendo ahora la posibilidad virtual de entrar a las casas, esta es una oportunidad privilegiada para promover los valores del Evangelio en la comunidad educativa, en especial con los padres de familia. La celebración de Eucaristías virtuales por grupos o por nivel, son medios privilegiados en este proceso de educación desde el evangelio o pastoral educativa”.

6.- Por otra parte, está amenazada la sostenibilidad de la educación católica?

“Pienso que, todo lo contrario, los colegios católicos han mostrado un nivel alto de eficiencia y eficacia en la adaptación hacia la educación a distancia o virtual. Los administrativos y docentes han trabajado en la capacitación y en continuar el proceso educativo y el logro de los aprendizajes.

Se han adquirido e implementado plataformas educativas virtuales y se han mantenido los medios de comunicación presencial y virtual. Al principio, como todo cambio, fue difícil, pero cada experiencia nos ha hechos capaces de enfrentar este confinamiento en casa y el distanciamiento con los alumnos, de manera más efectiva sin perder de vista el objetivo y la meta de cada institución de formar personas integralmente que más adelante aporten al bien de nuestro país.

Sabemos que todavía hay situaciones que necesitamos mejorar, sobre todo, lograr la autonomía y responsabilidad de los estudiantes como primeros sujetos de su aprendizaje”.

7. Para finalizar esta entrevista, usted ha sido elegido recientemente como presidente de la Federación de los Colegios Católicos de Panamá (FECAP)… ¿Cuál será su intervención inmediata y por qué?

“Mi primera intervención es seguir promoviendo el espíritu de fraternidad y ayuda mutua en los Colegios Católicos, basándome en las metas y características comunes. Trabajamos a partir de los que nos une y no en lo que nos diferencia. Uno de los pensamientos que anima mi servicio en la Federación es lo que el Papa Francisco nos dice en la carta encíclica Fratelli Tutti: “Entre todos: He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura”, todos tenemos mucho que aportar a nuestra educación católica panameña.

Por otro lado, la promoción y ejecución de las mesas especializadas de trabajo, para seguir evaluando la realidad que vivimos y la búsqueda de soluciones a nivel educativo, administrativo, legal y pastoral.  La capacitación constante, con especialistas nacionales e internacionales es fundamental en todo este proceso. También contamos con el apoyo de la CIEC (CONFEDERACIÓN INTERAMERICANA DE EDUCACIÓN CATÓLICA), de la cual hacemos parte como Federación, ésta cuenta con más de 75 años de experiencia promoviendo la Educación Católica en América”.