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Urge activar en las parroquias, el acompañamiento a los migrantes

Urge activar en las parroquias, el acompañamiento a los migrantes

Partiendo de sus vivencias y de la realidad migratoria del país, representantes de diferentes movimientos y congregaciones religiosas de la Iglesia analizan el mensaje publicado por el Santo Padre, titulado: “Libres de elegir si migrar o quedarse”.

 

Por Marianne Colmenárez

Mientras los medios locales y las autoridades debaten sobre las cifras que reflejan el incremento del flujo migratorio que atraviesa la selva del Darién, según datos del Servicio Nacional de Migración, cerca de 157 mil migrantes han transitado en lo que va de año. El papa Francisco ha hecho público su mensaje con motivo a la 109° Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, a celebrarse el 24 de septiembre de 2023.

En sus líneas reflexiona sobre la “libertad de migrar o quedarse”, lo cual exige una participación equitativa del bien común y respeto a los derechos humanos.

 

Descargue el mensaje del Papa y la campaña promocional para la JMMR 2023 en el idioma que prefiera.  Entre a www.migrants-refugees.va

 

Póster de la campaña promovida por el Vaticano.

 

El Santo Padre parte del versículo 2,13 de Mateo para explicar que tanto en el pasado como hoy se siguen viendo muchísimos casos en los que la migración no parte de una decisión libre. Recuerda como ejemplo de una migración forzada la huida de la Sagrada Familia: “El Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.

Francisco asegura que “conflictos, desastres naturales, o más sencillamente la imposibilidad de vivir una vida digna y próspera en la propia tierra de origen obligan a millones de personas a partir”.

El sacerdote Julio Arváez, misionero claretiano, confirma lo denunciado por el Papa, su experiencia viviendo en Nicaragua, El Salvador y Honduras le permite el derecho de hablar con propiedad sobre las realidades que causan la expulsión de tantas personas.

“Mientras no conozcamos a profundidad esas realidades no comprenderemos las razones, así como José y María no deciden irse porque querían llevan al niño de paseo, la decisión de la mayoría de los migrantes está marcada por circunstancias sociales externas. Ellos huyen porque sus vidas corren peligro”, dijo.

El sociólogo Alberto Agrazal señala que el Papa apela a la libertad individual de la persona. “Migrar no es un delito, nuestros hermanos salen de sus países porque simplemente no hay situaciones económicas justas, las democracias son endebles, entre otros agravantes que conllevan a un impacto negativo en la vida de sus habitantes”.

Agrazal ha servido como voluntario ayudando a la comunidad y a los misioneros claretianos a curar heridas, donando ropa y comida a los migrantes que pasan por Darién.

 

El flujo de migrantes no baja a pesar de la nueva normativa implementada por los Estados Unidos.

 

El acompañamiento desde las parroquias

El Papa vuelve enfatizar que la dignidad del hombre y de la mujer debe ser custodiada como un don de Dios y que está por encima de cualquier condición migratoria.

En ese sentido, aunque la migración es fruto de una decisión libre, la Iglesia está llamada a tener el máximo respeto por la dignidad de cada migrante y esto significa acompañar y gobernar los flujos del mejor modo posible, construyendo puentes y no muros.

Elías Cornejo, coordinador de Promoción Social y Servicio a Migrantes de Fe y Alegría, manifiesta que el mensaje apunta en recordar “que somos una comunidad, el Reino de Dios debe ser una mesa compartida para todos”, acotó.

 

“Es una obligación evangélica activar la Pastoral de Movilidad Humana en las parroquias, todo nuestro quehacer debe ser pastoral, para ser testigos profundos de la esperanza del Reino. Me ha tocado ver en el Darién enormes cantidades de migrantes, que caminan como ovejas sin pastor”, expresó Cornejo.

 

Por su parte, Rafael Lara, miembro de la Red Franciscana para Migrantes y presidente de la Red CLAMOR, dejó por sentado que todas las parroquias de las diócesis del país deben trabajar en la creación y organización de una Pastoral de Movilidad Humana.

“Reconocemos que en la actualidad y la realidad histórica de nuestro país ha sido formada por migrantes; ahora se evidencia aún más, con la cantidad de personas que han elegido a Panamá como lugar de destino”.

Expresa que en las parroquias encontramos gente de diversas nacionalidades a quienes se pueden acompañar. “Podemos al mismo tiempo crear conciencia en los fieles de que el migrante es un hermano más, que no nos viene a desplazar ni hacer daño”, dijo Lara.

Sobre el mismo tema, el padre Julio asegura que estamos en una iglesia que se le ha olvidado mucho el hecho de ser diaconisa, es decir ser una Iglesia servidora. “Nos hemos quedado con un modelo de una iglesia de cuatro paredes, nos cuesta salir y organizar nuestra solidaridad.  No se trata solo de dar comida o ropa, es acompañar, es cuidar la vida en todas sus formas”, afirmó.

Jorge Ayala, secretario ejecutivo de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Panameña, destaca que las comunidades parroquiales deben reconocer en la migración un nuevo campo misionero en el que hay que dar testimonio de la Buena Nueva.

“La parroquia no puede descuidar el servicio de la caridad así mismo como no puede omitir los Sacramentos y la Palabra, como ha dicho Benedicto XVI. La tarea pastoral de la comunidad parroquial no debe verse como una actividad optativa, sino como un deber propio de su misión y expresar, con sentido de responsabilidad y mucha creatividad, la caridad, la acogida y el compromiso pastoral que exige Cristo que sigue forastero, con hambre, desnudo y con sed”, puntualizó Ayala.