Médicos, enfermeras y agentes de pastoral comparten la misión divina de Jesús. Desde la parroquia San Antonio de Padua de Ciudad Jardín brindan atención primaria y acompañamiento espiritual al que sufre y lo necesite.
Por Marianne Colmenárez
El amor y compromiso de un grupo significativo de “buenos samaritanos” ha logrado que la parroquia san Antonio de Padua, en Ciudad Jardín, se convierta en punto de referencia a la hora de hablar del trabajo que realiza la Pastoral de Salud.
Como fruto de la Jornada Mundial de la Juventud 2019, un equipo multidisciplinario de médicos generales y especialistas, enfermeras, psicólogos, nutricionistas, farmaceutas y trabajadores sociales de la barriada lograron constituir un puesto de salud en el que brindan atención primaria a todo aquel que necesite.
“Es un centro de atención de respuesta rápida, los días domingos brindamos atención primaria de calidad, pero sobre todo humanística a quienes se acercan”, afirma el doctor Carlos García, médico residente de geriatría y miembro de esta pastoral.
Aclara que ninguno lucra con esto; “solo prestamos nuestros talentos al Señor”, reiteró.
La enfermera Melinda de Ferrara, coordina el equipo de salud de la parroquia, explica que los agentes no se han quedado limitados en visitar únicamente a los enfermos, sino que han ideado espacios para educar, a través de charlas y murales promueven prácticas de vida más saludables.
Luego de cada celebración eucarística, hacen toma de glicemia, chequeo de la presión e interpretaciones de laboratorios. Se cuidan de no hacer procedimientos invasivos, ni controles de salud, solo se les toman los signos vitales y se les hace un registro que pueden llevar a su médico de cabecera.
Manejan todos los datos en total confidencialidad, según la Ley 68 de los derechos y obligaciones de los pacientes.
“Evangelizamos desde la acción, damos un servicio totalmente gratuito a la comunidad, proyectándonos dentro y fuera de la parroquia. La gente siente que la Iglesia está viva y presente”, destacó Melinda.
Pasión y compromiso
La enfermera Graciela Barahona asegura que Dios le ha permitido unir sus dos pasiones para servir al prójimo.
“Mi fe y mi profesión son los dos pilares que han sostenido mi vida, cada vez que sirvo los domingos en el puesto de salud o en las jornadas especiales organizadas en la parroquia, se llena mi corazón enormemente”, mencionó.
Por su parte, Opal Jones, también profesional de la enfermería, recuerda que terminando de vivir la experiencia de la JMJ 2019 le diagnosticaron con cáncer. Asegura que, aunque el trance no fue fácil, su fe se vio muy fortalecida gracias al trabajo realizado con la pastoral.
“Mi tratamiento médico era una cosa, pero el acompañamiento con las oraciones y palabras de ánimo fueron clave para mi recuperación”, señaló.
Percepción del asesor
El sacerdote Marlo Verar, asesor de esta pastoral, explica que la mayoría de los agentes a nivel nacional son personas adultas, y también adultos mayores que en medio de sus limitaciones entregan su tiempo.
“Se comprometen con mucha madurez, reconocen que esta pastoral es de las que deben estar más fortalecidas en las parroquias. Es poco frecuente conseguir jóvenes, pero los hay y esto nos llena de mucha alegría”, agregó.
Reitera que los equipos de San Antonio de Padua en Ciudad Jardín y la Inmaculada Concepción en La Chorrera, que también tiene su puesto de salud; son dignas de admiración. “Sus laicos se han propuesto firmemente a formarse, organizan las barriadas para atender a los enfermos, les dan a la pastoral tiempo, cariño y consistencia”, afirmó el padre Marlo.
El asesor pastoral aprovechó el espacio para recordar que los ministros extraordinarios de comunión tienen que ser primero agentes de la pastoral de la salud, es decir; deben primero visitar al enfermo y si en la parroquia pueden ayudar en segundo aspecto llevar la comunión.
Desiré de Pérez, secretaria Ejecutiva de la Pastoral de la Salud en la Conferencia Episcopal Panameña, invita a las jornadas de formación permanente que ella misma coordina. “Dos sábados al mes asistimos al Arzobispado de Panamá en Carrasquilla, desarrollamos un programa de capacitación en diferentes temáticas, están cordialmente invitados”.
