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Un hogar que acoge y atiende a los descartados de la sociedad

Un hogar que acoge y atiende a los descartados de la sociedad

Fundación Casa Hogar El Buen Samaritano, una obra social de la Iglesia Católica, que durante 18 años ha ofrecido apoyo integral a pacientes con VIH y a sus familias.

Por: Zailary Chávez

Corría el año 2005, un joven de contextura delgada, llamado Tomás, pasaba sus días y noches en el Parque de Juan Díaz, viviendo de la solidaridad de quienes pasaban por allí y le daban algunas monedas o algo de comer.

Su situación llamó la atención del Padre Domingo Escobar, quien en ese entonces era sacerdote en la parroquia Santa María del Camino. Escuchar el testimonio de Tomás, quien había sido diagnosticado con VIH y a raíz de esto, discriminado por su propia familia, marcó un antes y un después en la misión del Padre Domingo.

La necesidad de este joven y el panorama sombrío que él y otras personas en su condición estaban pasando, fue el motor para dar inicio a la Fundación Casa Hogar El Buen Samaritano, una obra social de la Iglesia Católica, que durante 18 años ha ofrecido apoyo integral a pacientes con VIH y a sus familias.

Al mirar hacia atrás, el Padre Domingo, director de la obra, reconoce que ha sido un camino de altas y bajas, sobre todo porque, aunque se han dado avances en cuanto a esta enfermedad, aún se lucha contra el estigma y la discriminación.

Providencia Divina

El hogar ha crecido gracias a las donaciones de sus benefactores que han creído en el trabajo que se realiza, en favor de los más vulnerables y como dice su director “gracias a la providencia divina”.

El sacerdote señala que la esencia de esta obra es dar acompañamiento para el manejo del VIH-SIDA; un lugar de acogida para estas personas y también tener una presencia de Iglesia, con la finalidad de socorrer a ese prójimo sufriente que padece esta enfermedad.

“Nuestra misión es ofrecer acogida a los pacientes, por un periodo de tres a seis meses para un proceso de reeducación para un nuevo estilo de vida. Luego de ello se convierte en miembro de nuestra comunidad de externos, a quienes les seguimos ofreciendo el tratamiento y acompañamiento necesario”, destacó.

Como un testimonio, el sacerdote cuenta que día a día, Dios se sigue haciendo presente para que pueda continuar junto a su equipo de trabajo y los voluntarios, con esta misión y les da la fortaleza para no desvanecer a pesar de las dificultades.

 

Tiene como perspectiva abrir una nueva sede en la diócesis de Chiriquí.

Misión

El Padre Domingo recuerda aquel 27 de enero del 2019, cuando Su Santidad el papa Francisco, visitó esta obra. Allí le tomó su mano y con esa mirada enternecedora y profunda, le dijo “No me abandones Casa Hogar”, una frase que aún la mantiene muy presente en su mente y cuando hay momentos difíciles, le da las fuerzas para continuar.

“En algún momento pensé en ir buscando un relevo, alguien más joven que dirija la obra; sin embargo, esa idea cambió luego de las palabras del Papa. Aquí estaré hasta que Dios así lo decida, sirviendo a mis residentes y soñando con mejores días para los pacientes de VIH_SIDA, en Panamá y en el mundo entero”, señaló.

Incluso a 18 años de este trabajo, sueña con abrir una nueva sede en la provincia de Chiriquí, para atender sobre todo a habitantes de las comarcas, donde hay una alta incidencia de la enfermedad. Un sueño que espera ver materializado pronto.